Enric Juncosa Darder y Mar Gómez, en el Taller Sert de la Miró. | M. À. Cañellas

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¿Qué pigmentos utilizó Miró en el trazo de las obras que realizó durante su estancia en Mallorca? ¿Cuál era su color al óleo favorito? ¿Y entre la gama cromática de acrílicos? Un nuevo estudio de la restauradora Mar Gómez, resultado de la beca de investigación Pilar Juncosa & Sotheby’s 2020 sobre la pigmentación en la obra del genio catalán, despeja alguna de estas incógnitas y desvela qué materiales eran los predilectos del artista en sus años de arduo trabajo en los talleres Sert y Son Boter. Será también una herramienta para futuras labores de restauración, conservación y autentificación a escala internacional. Se trata, además, del primer estudio basado en análisis científicos que se lleva a cabo en la Fundació de Palma. Para realizarlo, la experta mallorquina trabajó codo con codo con Enric Juncosa Darder, restaurador del centro y gran conocedor de la Col·lecció que atesora esta institución. Bajo el título Els pigments de Joan Miró (1956-1983), se presentará mañana miércoles, a las 19.00 horas, en el Auditori.

El primer paso de esta investigación pasó por un inventario de los materiales que se encuentran en los talleres Sert y Son Boter. «Lo primero que hicimos fue fotografiar todos esos materiales pictóricos como trabajo de documentación». «Hablamos de más de un centenar de objetos, como pinceles de pintor, platos para mezclar pintura, colas, disolventes e incluso bocetos preparatorios que el artista nunca llegó a materializar», detalla Gómez. Esta fase ya desveló sorpresas:«Encontramos una caja llena de botes de pintura de los años 60 por estrenar», algunos muy deteriorados y la mayoría de ellos de la casa La Pajarita, así como tubos de pintura, sobre todo de amarillos, azules y rojos. Pero, «¿qué amarillo, qué azul y qué rojo? Eso es lo que queríamos descifrar con este trabajo», sostiene la experta.

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Mar Gómez manejando algunos de los materiales de su estudio.

Para resolver ese puzle, los responsables del estudio analizaron científicamente 27 muestras de pintura que Miró utilizó en Mallorca «del tamaño de la punta de una aguja». Se realizaron en el Departament de Química de la Universitat de les Illes Balears (UIB) a partir de técnicas como los rayos X, microscopios electrónicos o espectroscopias –estudio de la interacción entre la radiación electromagnética y la materia, con absorción o emisión de energía radiante– que permiten «ver la morfología de los pigmentos y detectar sus elementos químicos», detallaron los expertos. Algunas de las muestras, por su carácter «más especial y específico», fueron enviadas a analizar a universidades de Londres y Milán.

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Pínceles, platos para mezclar pintura y tubos, un material utilizado para esta investigación.

Una de las conclusiones principales del estudio hace referencia al color amarillo que utilizaba Miró en su producción, sobre todo, de los años 70. «Vimos que estaba muy degradado, casi convertido en polvo y blanquecino», relata la experta. «Ahora sabemos cómo tratarlo para futuras restauraciones», sostiene la investigadora. También que el color favorito del genio era «el negro, está presente en toda su obra, en sus bocetos», añade en este sentido Juncosa Darder.

Por otra parte, la introducción de las pinturas acrílicas a partir de los años 60 revolucionó el mundo del arte, y Miró, como otros muchos artistas, las incorporó a su obra. En el Taller Sert se conservan botes de pinturas en látex, esmalte sintético, y pintura de acetato de polivinilo entre otros. Estos materiales fueron usados en muchas de las obras producidas en Palma entre 1959 y 1983, unas telas que ahora se encuentran en colecciones de los museos más importantes del mundo, como el MoMA de Nueva York, el Reina Sofía o el Centro Pompidou de París. El resultado del estudio y sus conclusiones, una herramienta cuyo alcance es internacional, se publicará próximamente en una revista especializada.