La artista de origen donostiarra Itziar Okariz en una imagen reciente.

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Los significados que nos rodean no son ajenos a las relaciones humanas ni los convencionalismos sociales. Algunas cosas tienen un sentido estipulado muy marcado y parece evidente, mientras que otros no lo son tantos. Lo curioso es que, en realidad, prácticamente cualquier sentido puede ser accesible desde muchas otras vías que no son la habitual. Esta es la idea que nutre Respiración oceánica, la performance que la artista donostiarra Itziar Okariz realizará esta tarde, a las 20.00 horas, en Es Baluard Museu d’Art Contemporani dentro del ciclo [Comfort (Voyeur) Control].

Okariz explica que el acto consiste en «dos personas respirando a coro» y, a través de los sonidos que realizan, «recordar al mar». Esta unión de sentidos es lo que «fractura el significado» y es lo que «me interesa», detalla Okariz, porque «automáticamente el espectador identifica el sonido con el agua del mar», pero en realidad «solo somos dos personas con micrófonos respirando». Esa dialéctica que se da entre significados y significantes, cómo muchos de ellos están «interiorizados» muy profundamente en nuestra psique, eso es lo que persigue Okariz con este acto que se engloba en un ciclo mayor que traerá a Es Baluard a otros artistas como Fito Conesa, el Equipo Palomar o Antoni Hervás.

Experiencias

La idea de conjunto es generar experiencias en el espectador y sacarlo de su zona de confort para convertirlo en un observador capaz de tomar el control. En el caso de Okariz, ello se intentará a través del «ujjayi, un tipo de respiración que se utiliza en yoga y que significa ‘yo victorioso’», explica la artista vasca. A pesar de la orientación hacia la participación del espectador, Okariz reconoce que «el hecho de simplemente estar allí, mirar, escuchar, pensar, disfrutarlo o aburrirse o lo que sea, es una actividad en sí misma».
Okariz, que cuenta con una larga experiencia de acciones que la ha llevado incluso a la Bienal de Venecia en 2018, señala que en estos juegos de significados pueden ocurrir «contradicciones que son como poesía» y también ejercen «como una forma de acontecimiento».

Una palabra, acontecimiento, utilizada de manera muy consciente, según el parecer del filósofo Gilles Deleuze, y que Okariz, que reconoce «no saber por qué» eligió esta forma de expresión artística, sí está al tanto de «que a partir de los años 80 todo es lenguaje y algunos, los que vivimos la importancia de las performances o el happening, creo que tendemos a volver hacia estas realidades en las que había posibilidades en los límites del lenguaje» como una forma de escapar de las constricciones que, no por ser contingentes, resultan aparentemente menos necesarias.