El cantautor José Luis Perales, durante su concierto de anoche en el Auditòrium de Palma. | Teresa Ayuga

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Auditòrium de Palma, inmerso en la gira Baladas para una despedida, con la que el cantautor de Cuenca pone el punto y final a una trayectoria de más de 50 años. El artista agotó el papel y colgó el cartel de sold out. Perales, que está a punto de cumplir 77 años, presentó en Ciutat su último álbum, Mirándote a los ojos, un triple disco que amalgama sus 35 canciones más representativas. Un compendio en el que no faltan clásicos como Un velero llamado libertad, ¿Y cómo es él? o Canción de otoño. No faltaron, por supuesto, alguno de los éxitos que ha escrito para otros artistas, tales como Jeanette (¿Por qué te vas?) o Isabel Pantoja (Marinero de luces).

Pasan los años, pasan los discos, y Perales sigue hablando de amores que se descalabran y de otros que florecen. Puede que a veces se le vaya la mano con el azúcar pero es imposible negar su finura de autor curtido. El suyo es el eterno pálpito de un corazón enamorado, de vigor adolescente, cuya voz luce tan impecable como de costumbre. Considerado uno de los compositores más exitosos de la música española del último medio siglo, parece que no pasen los años para el conquense.

En Palma estuvo arropado por un solvente conjunto de acompañamiento, así como una puesta en escena sencilla, donde lo más importante será su bagaje musical. De este modo, Perales se está despidiendo de los escenarios con la misma sencillez y elegancia que ha caracterizado su medio siglo de canciones, dianas certeras para las almas sensibles. En lo sucesivo, habrá que contentarse con escuchar a Perales en vinilo o disco compacto, o con la relectura de alguna de sus novelas publicadas.