Un instante de un ensayo de Mal Pelo para ‘Highlands’, que une música en directo con voces y danza. | Teresa Ayuga

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La prestigiosa compañía de danza Mal Pelo aterriza mañana en el Teatre Principal de Palma con Highlands, su nueva creación que es un espectáculo donde el baile y la música en directo se juntan. Se trata del cierre al proyecto en torno a la música de Bach que la compañía ha trabajado en los últimos años y que ha resultado en los trabajos previos, Bach, On Goldberg Variations/Variations e Inventions, todos ellos presentados anteriormente en Palma. El director del Teatre Principal, Josep R. Cerdà, ejerció de anfitrión ayer en la presentación del espectáculo a la que acudieron los directores de Mal Pelo, María Muñoz y Pep Ramis, así como los directores musicales de Higlhands, Quiteria Muñoz y Joel Bardolet.

Cerdà destacó que este montaje escénico, que cuenta con participación del propio Principal, llega tras girar por Europa con París como el destino más reciente. A su vez, calificó a Mal Pelo como «embajadores de la danza a nivel internacional» y animó a los interesados a adquirir sus entradas cuanto antes ya que «se está llenando rápidamente», advirtió. Por su parte, María Muñoz detalló más elementos del proyecto global sobre la música de Bach y comentó que Highlands es «el punto final». También comentó que en esta ocasión hay «aportaciones musicales» de otros autores como Haendel, Britten, Kurtág, Purcell o Pärt y textos de Nick Cave, John Berger y Erri de Luca que complementan el total. Muñoz finalizó su intervención haciendo hincapié en que «ha sido una experiencia vital y humana muy fuerte más allá de lo artístico y musical».

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La compañía Mal Pelo cuenta con una extensa trayectoria de danza por todo el mundo que los convierte en unos de los principales embajadores de esta disciplina. Con Highlands dan un paso más en esta carrera que les hace volver a Palma.   

El otro director de Mal Pelo, Pep Ramis, incidió en el hecho de que «esto es un gran regalo porque tener música en directo nos hace estar en escena muy bien acompañados y de manera increíble». Hay un cuarteto de cuerda y otro de voces quienes, sumados a los textos y las composiciones, forman un «espectáculo emocionante que alcanza muchos niveles y es muy intenso» y ha dado como resultado «que todos hayamos creado una familia en la que se ha entendido todo muy bien en todo momento».

En cuanto a Bardolet, uno de los dos directores musicales, decidió centrar su parlamento en el «sentido coral en el que hemos imaginado que cada voz, de cuerda y coro, es una de las que aparecen en las partituras» y señaló que «este proyecto nos ha transformado como músicos y nos da una visión más que lineal, abierta, a la hora de comprender la música».

Por último, Quiteria Muñoz, soprano y parte que completa la dirección musical, mencionó que «Bach no compuso música para ser escenificada, por lo que esto es un auténtico reto, ya que la suya estaba pensada para grandes espacios y resonancias muy concretas». Por esta razón, «el espectáculo se adapta según el lugar» y ha resultado en un «aprendizaje increíble y continuo» en el que, según detalla, «vemos cómo se ponen en movimiento las voces y la música de la partitura». A su vez, Muñoz concluyó con que la pandemia «nos ha dado tiempo para que este montaje madure y nos ha permitido durante dos años estudiar las obras y, con nuestros errores, hemos logrado algo muy bonito. Danza, instrumento y voces, todo en la misma línea».