Rauw Alejandro, este martes en Palma | Pere Bota

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Tras cancelarse la gira española de la californiana Becky G –una de las promesas emergentes del reguetón–, fue otro cachorro de este género impetuoso y machacón quien tomó el relevo: Eix. El puertorriqueño llegaba avalado por su compatriota Rauw Alejandro, con quien ya ha firmado exitosas colaboraciones. Su presencia sobre el escenario, precedida por el setlist de DJ Chris, que sirvió un animado maridaje de sonidos colindantes al reguetón, sirvió de calentamiento para lo que estaba por llegar.

Rauw Alejandro, que apareció con una bandera de España con motivo del Día de la Hispanidad, ya se había ganado al público antes de saltar al escenario. Ni siquiera un retraso de más de media hora, justificado quizá por la gran afluencia de público, supuso un problema para los presentes, que llegaron al Visit Mallorca Estadi con el único objetivo de disfrutar de su música en directo. Ni quejas, ni silbidos, ni estrés. Sólo ganas de ver al puertorriqueño y corear sus grandes éxitos, cada vez más omnipresentes.

El espacio acotado del campo del Mallorca acogía a 5.000 personas, la mayoría insultantemente jóvenes, ansiosos por disfrutar del cantante, bailarín y productor, que tomó el escenario secundado por un cuerpo de baile a las 21.45, imponiendo su reguetón hipnótico, un género que no consigue poner de acuerdo a la opinión popular. Para unos es un auténtico dolor de cabeza; otros, en cambio, afirman que no existe mejor antídoto contra la melancolía. Sea como fuere, se trata de un ritmo frenético que acapara la atención de los más jóvenes, aunque también ha conquistado a paladares maduros.

Un momento de la actuación.

Gracias a su dominio del escenario y con una puesta en escena sencilla pero resultona, este artista que pertenece a una generación que lidera las plataformas de forma casi dictatorial, se metió al público en el bolsillo. Solo bastó su eléctrica presencia, acompañada de unos ritmos que fusionan house, drum & bass y funk brasileño para convertir el recinto en una enorme rave latina.

Los focos parpadeaban y la multitud se amontonaba como un enjambre frente al escenario. La mayoría genuinamente emocionados. Gritaban, saltaban, bailaban y se abrazaban... con mascarilla. Una joven, totalmente fuera de sí, se tocaba el pecho como si su corazón se fuera a detener durante una de las rimas del artista. Y es que la emoción que despierta esta estrella es auténtica, todos ponían sus cinco sentidos en cuanto sucedía sobre el escenario.

Rosalía

Pocos conciertos son tan esperados como el estreno en la isla del novio de Rosalía, quien en su reciente paso por Barcelona declaró su amor incondicional por la diva, en catalán: «Barcelona és la millor ciutat del món i té la novia més guapa del món», gritó ante una masa enfervorizada en el Palau Sant Jordi. Pocos artistas pueden presumir en plena resaca pandémica de reunir a miles de espectadores. Su audiencia fue muy especial: adolescente, totalmente entregada y aguardando una de las grandes citas musicales de su vida, de esas que, a estas edades, te cambian la vida.

Guste o no, la nueva religión se llama ‘reguetón’ y ha llegado para quedarse. Con su deje latino, su rap soez y un punto grosero; y letras tan hipersexualizadas que dejan como santurrones a los grupos que uno escuchaba en su juventud. Es lo que hay. Este martes, Rauw Alejandro se coronó como uno de los más fervientes embajadores de este sonido al que no se le adivinan límites.