El productor Juan Carlos Caro en la redacción de 'Ultima Hora'. | Pilar Pellicer

TW
0

Este 2021 trae una gran sorpresa que los amantes del cine no pueden eludir. Como sabrán, es el centenario de Luis García Berlanga, uno de los cineastas más importantes de nuestro país, autor de obras como La escopeta nacional o la magistral El verdugo, que inmortalizó Mallorca y las Coves del Drach. Y como dicha figura no podía pasar en vano, el productor y miembro de la Academia de Cine, Juan Carlos Caro, se puso manos a la obra para crear el homenaje definitivo.

«Yo empecé en el cine con Berlanga, trabajando en La vaquilla, y ahora me parece una forma preciosa de darle un cierre a mi carrera haciéndole este homenaje desde las mismas Coves del Drach», explica el productor.

El acto (gratuito previa inscripción aquí), que tendrá lugar el 2 de octubre y contará con Antonio Resines y Anabel Alonso como presentadores, será un broche de oro para «cerrar un círculo» de un productor que ha trabajado con nombres como Pedro Almodóvar, José Luis Cuerda, Pilar Miró, Woody Allen o Ridley Scott, con quien recorrió España en coche.

¿Cómo surge el homenaje a Berlanga en Mallorca?
— Todo empezó porque sabía que este año se celebra el centenario del nacimiento de Luis García Berlanga y, obviamente, se iban a celebrar muchos homenajes en todo el país. Entonces pensé: Mallorca tiene que ser uno de esos lugares, así tuve la idea. Entonces empecé a moverlo todo y a buscar colaboradores para poder llevarlo a cabo.

Un evento de estas características requiere un gran esfuerzo. ¿Qué trabajo supuso ponerlo en marcha?
— Lo primero que necesitaba era tener una buena base. Si tienes esa idea inicial clara, luego vas haciendo que las piezas caigan una tras otra. Yo tenía claro que necesitaba tener las Coves del Drach. Me puse en contacto con la familia Servera, propietaria de las cuevas, y me dijeron que estaban encantados. No me podía creer que ya lo tuviera, pero así fue, y lo demás vino rodado.

¿Qué respuesta fue recibiendo del resto de implicados?
— ¡Muy buena! Yo creo que les contagiaba mi entusiasmo. Además, a todos les decía que ya tenía atadas las Coves del Drach [espectacular enclave donde Berlanga rodó escenas de su obra maestra El verdugo] y muchos no se lo creían.

Luis García Berlanga.

¿Fue complicado conseguir la asistencia de la familia García Berlanga?
— Para nada. Soy amigo de la familia desde hace años y cuando les llamé lo primero que les dije es lo que teníamos ya atado, y tampoco se lo podían creer. Me dijeron: cuenta con nosotros, y me preguntaron cuándo sería esto, a lo que les dije: el día lo ponéis vosotros, cuando os vaya mejor, lo que no quiero es que me falléis. Y estarán todos. Toda la familia García Berlanga.

Dos rostros muy conocidos del cine serán sus presentadores.
— Tras tener a la familia Berlanga pensé que lo ideal era tener unos buenos presentadores, y quién mejor que Anabel Alonso y Antonio Resines. Han trabajo en muchas galas y ceremonias de este tipo, y las seguirán haciendo, pero no es fácil que quieran o puedan acudir por diferentes compromisos. Aún así tuve la misma respuesta de ambos y no se lo pensaron. Lo mismo ocurrió con la Academia de Cine, a la que yo pertenezco, y también contaremos con su representación.

¿Por qué es tan importante para usted realizar este homenaje?
— Me parece una forma de cerrar el círculo de una manera perfecta. Yo empecé en el mundo del cine trabajando como auxiliar de producción en La vaquilla, del propio Berlanga, y poder hacerle un homenaje en su centenario en el que le podamos proyectar El verdugo en las Coves del Drach,  que es un lugar espectacular bajo tierra con ese lago, es una maravilla; así como también lo es tener la posibilidad de colocar una placa en su memoria Can Barbarà.

Teniendo en cuenta que todo ha ido a pedir de boca, ¿diría que ha sido su producción más sencilla?
— No diría tampoco que ha sido fácil. Ha habido que hablar con mucha gente y gestionar muchísimas cosas, pero todo ha ido como la seda y contar con el Grup Serra era primordial, porque sé de su amor por el cine.

El rodaje de ‘El verdugo’
Berlanga y su equipo durante el rodaje de ‘El verdugo’ en las Coves del Drach.

¿Qué cree que debe tener un buen productor?
— Diría que un buen productor debe tener amor y pasión por lo que hace y, además, tener fe en el proyecto sin pensar si va a tener éxito o será un fracaso. Hay que creer en él y a partir de ahí desarrollar el trabajo. Es un proceso muy duro y, al mismo tiempo, muy creativo, porque todo lo que se ve en pantalla, todo lo que necesitas para hacer una película, eso es producción.

¿Cuál es el secreto para que una producción salga a flote?
— La colaboración entre los distintos equipos. Hay que llevarse bien porque los rodajes van a durar semanas y es mucho tiempo con toda esa gente. Por esto, si hay cualquier roce que genere tensión, el director de producción tiene que intermediar y evitarlo porque si no es como un cáncer que se va a extender.

Habrá tenido experiencias variadas y directores difíciles, ¿cómo era el propio Berlanga en las distancias cortas?
— No era tan difícil como algunos piensan. Sí que es cierto que teníamos muchos tira y afloja porque a lo mejor él tenía una idea genial para la película, pero claro, se salía el presupuesto, y yo le tenía que decir está muy bien esto Luis, pero no. Aunque a veces yo también cedía (risas).

También rodó con Ridley Scott, ¿qué recuerda de ese proyecto?
— Rodamos 1492:La conquista del paraíso, y yo era el encargado de las localizaciones. Y ya nos ves a mí conduciendo con Ridley Scott de copiloto recorriendo España buscando lugares donde rodar. No me lo podía creer. ¡Sentado al lado del director de Blade Runner, mi película favorita! Además él es muy divertido y le encantaba comer bandejas de boquerones en vinagre (risas).

¿Cómo ve Mallorca como un lugar para rodajes?
— Muy bien y parece que cada vez más gente lo ve también. El otro día leía que vendrán a rodar The Crown, que es muy importante. Lo único malo es que no hay platós, todo es ambiente natural, y creo que en Mallorca faltan unos estudios de cine que animarían a venir a más gente de fuera a rodar.

Por último, y ante el auge de las plataformas de streaming como Netflix, HBO o Filmin, entre otras, ¿podrá el cine sobrevivir sin salas de exhibición?
— Rotundamente no. El cine se inventó para verse en una sala a oscuras, pantalla grande, en silencio y, si puede ser, sin palomitas. Hay que abrirse a los nuevos mercados y estar al tanto, pero siempre se ha dicho que el cine o el teatro no sobrevivirían y, bueno, aquí estamos.