Gustavo Salmerón posó en Can Balaguer | Jaume Morey

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El cineasta madrileño abrió el viernes el festival de cine italo-español Estimar desde el cine Rívoli, en el que presentó su premiado documental Muchos hijos, un mono y un castillo. Se trata de una cinta que muestra las intimidades y «particularidades» de su familia con su madre, Julita Salmerón, a la cabeza.

El propio director explicó que no le costó mucho introducir la cámara en el ambiente familiar porque «en mi familia siempre ha habido alguien grabando y, además, tienen un talento natural para el espectáculo». Principalmente su madre quien «tiene genes de actriz o algo».

La cinta contiene materiales registrados durante 14 años y llevó una fase de montaje de «dos años», aunque el hilo argumental es «la propia vida». El cineasta detalla que «las cosas que fueron pasando, los acontecimientos, hicieron que la estructura esté construida en paralelo con la vida».

La película, a su vez, cosechó grandes éxitos a nivel internacional con premios repartidos por todo el mundo y ovaciones en festivales de varios países.

A Salmerón, no obstante, no le sorprende este éxito fuera de nuestras fronteras, a pesar del carácter patrio de su familia: «El público valora lo auténtico. Cuando hablas de tu entorno, de tu ciudad, tu familia o la idiosincrasia de tu país, al final son sentimientos universales que tienen que ver con la muerte, el amor o la pérdida. Y esto ocurre en cualquier parte del mundo».

La clave, además, cree que está en «no hacer fotocopias de otras filmografías» y en buscar algo en el filme que logre «enganchar al espectador» porque «una buena película tiene que tener algo que te atrape y te haga reflexionar o modificarte de alguna manera».

Buena película

Esto lo dice como respuesta a lo que su madre le reprocha, a modo de broma, en el filme sobre que una película debe tener «buen sonido, buena fotografía, buena música», etcétera, como señalando que la suya no lo tiene. Salmerón, sin embargo, discrepa: «Yo creo que si acaso debe tener buen sonido, pero no hay reglas. Una buena película debe engancharte. Eso es lo fundamental por encima de todo».