Manuela Velasco durante el rodaje del cortometraje. | Pere Bota

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El director Marcos Cabotá se reencuentra con la conocida actriz Manuela Velasco (La ley del deseo, REC o Amar es para siempre) para el rodaje de su cortometraje El instante, que fue seleccionado como uno de los finalistas del concurso de cortos de la Mallorca Film Commission. La producción, que arrancará estos días y que cuenta con la participación de Nova Producciones, llevará al dúo a rodar a la mismísima Seu, donde «no dejan rodar nunca», tal y como explicó el cineasta. La propia Velasco, de hecho, señaló que le parece «increíble» el poder rodar allí y calificó la historia escrita por Cabotá como «preciosa y de una gran calidad humana».

Cabotá y Velasco son, de hecho, viejos ‘amigos’. Trabajaron juntos en la cinta de 2011 del mallorquín, Amigos…, y una década después «es como si no hubiera pasado el tiempo», comentaron ayer en los estudios de Nova, donde llevaron a cabo ensayos. También estaba presente la actriz protagonista del corto, Syria García, mallorquina afincada en Eivissa, que interpreta a una joven cuya madre, la propia Velasco, desaparece. La mallorquina manifestó «empezar a creérmelo ahora», una vez dentro de los mecanismos del rodaje. García fue seleccionada de un gran cásting por el propio Cabotá.

Velasco, por su parte, manifestó su alegría y aseguró estar «tremendamente feliz e ilusionada» por poder estar en la Isla. «Imagínate», exclamó, «poder ver el mar, reencontrarme con Marcos, todo es una alegría y estoy entusiasmada». Además, no dudó en deshacerse en elogios hacia la pieza creada por Cabotá, de la que comentó que «aunque sea un corto y tenga un desarrollo pequeño, lo que ha escrito Marcos está tan bien escrito que no sé si él mismo es consciente». Concretamente, Velasco destacó que «ha sido capaz de sintetizar tanto de la vida y la historia del personaje y contar tanto en tan poco. Eso es lo bueno de un guion, cuando es capaz de disparar tu imaginación cuando lo lees».

El mismo creador del cortometraje, a su vez, confesó que no podía evitar «pensar en Manuela cuando escribía el personaje de Eva». Sobre el reencuentro de los dos, de hecho, el director hizo hincapié en que «al finalizar un proyecto es como que nos guardamos en cajitas, pero ese amor y amistad siguen». Algo que Velasco corroboró y, para argumentarlo, recordó su primer rodaje, La ley del deseo, de Pedro Almodóvar, siendo ella una niña: «Al acabar el rodaje no entendía por qué esa relación tan bonita y familiar que se había generado se cortaba al finalizar. Yo, en mi mente de niña, pensaba: ¿por qué no puedo ver a mis amigos? Para mí eran eso Antonio Banderas, Pedro Almodóvar o Carmen Maura». La explicación se la dio el propio Almodóvar años después: «Esto pasa, pero es porque tiene que pasar», y Velasco lo confirma detallando que «lo que nos une durante una producción es el proyecto creativo en sí. Cuando este acaba, no seguimos unidos, aunque no significa que no quede nada».

Un personaje necesario

Sobre su papel en El instante, además, Velasco lo reivindicó por su «necesidad» y porque «puede enseñar cosas para la vida porque es una mujer con ética y valores. Es alguien inspirador en su manera de proceder y de estar en el mundo».

El rodaje, que efectivamente llevará sus cámaras a la Seu, a pesar de ser una historia intimista conlleva una serie de retos técnicos que Cabotá celebra porque «nos hacen mejorar». Sobre la Seu, el cineasta agradeció que «por alguna intervención divina, a los de la Catedral les gustó el guion que les pasamos y nos dejan rodar allí, aunque con muchas restricciones». Y, por otro lado, explicó que siempre que rueda en la Isla «intento empujar el carro un poco», razón por la cual no se ha cortado a la hora de diseñar algunas secuencias técnicamente complicadas y «difíciles de grabar», pero que sacarán adelante y concluye que «el mejor cumplido, el más bonito, que me han dicho jamás, más allá de nominaciones a los Goya y cosas así, fue una vez cuando un técnico me dijo: nos estás mejorando. Por eso empujo en esta dirección».