José Miguel Carbonell posa con su libro sobre el grupo La Granja.

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El profesor, músico y escritor José Miguel Carbonell, conocido como ‘Jimmy Oklahoma’ en el ámbito cultural, es el autor de El dulce despertar de La Granja. ¿Y tú, en qué color sueñas?, libro homenaje al grupo de pop rock mallorquín La Granja, que este año cumple 35 años de vida. En el libro, autoeditado (se vende en el Facebook de Jimmyoklahoma), aparecen las declaraciones de medio centenar de cantantes, compositores y críticos que diseccionan a la banda palmesana, entre ellos Javier Andreu y Toni Marmota (La Frontera), Carlos Segarra (Los Rebeldes), Miqui Puig (Los Sencillos) y Javier Ojeda (Danza Invisible), y los críticos musicales Jesús Ordovás, autor del prólogo; Julio Ruiz y Juan de Pablos.

¿Por qué escribir un libro sobre el grupo de música La Granja cuando se cumplen 35 años de su creación?
—En primer lugar, tengo que decir que soy fan desde que los escuché por primera vez. Realmente, todo surgió de manera inesperada y espontánea. En septiembre del 2017 presenté otro libro analizando la temática y trayectoria de La Frontera, y al hilo de unos comentarios en Facebook, Pablo Ochando, guitarrista de La Granja, dio un ‘me gusta’. Entonces, aproveché para sugerirle hacer algo similar con ellos, a lo que se mostró dispuesto y se comprometió a trasladarlo al resto del grupo. Pasó el tiempo y aproveché el encierro de la pandemia para sacar adelante el proyecto. Considero que La Granja nunca tuvo el reconocimiento que se merecía y se sigue mereciendo.

¿Cómo ha sido recibido el libro en la Isla?
—En Mallorca se ha recibido con mucho agrado por parte de los seguidores más cercanos. No se ha podido hacer presentación in situ, de momento, por cuestiones sanitarias, pero envié muchos libros, y en realidad por todo el territorio español. En cuanto a ventas, ha ido estupendamente para ser una autoedición y una distribución personal, rápida y eficaz. Tuve que realizar una segunda tirada limitada y quedan pocos ejemplares que tendrán salida en la presentación del libro, en septiembre, en la Semana Internacional de las Letras ‘Ex Libris’ de Murcia.

Tiene que llegar una persona de fuera de la Isla, concretamente de La Rioja, para escribir una biografía sobre una de las bandas más famosas de Mallorca. ¿Tan poco interés representa La Granja para los propios mallorquines?
—Sorprende que un ‘provinciano’ de La Rioja, donde además no se ha caracterizado por una ‘movida’, pueda profundizar e interesarse por una banda a la que no conoce personalmente, sino a través de la música. Es una cuestión de actitud: si te propones algo, realízalo, ejecútalo. Como dije antes, el hecho de ser fan implica devolver los buenos momentos que nos reportan sus temas, sus discos, sus directos. Se trata de un homenaje; de inmortalizar en unas páginas esas anécdotas que siempre nos gustan, así como datos nuevos, sus opiniones.

¿Cómo se ha recibido el libro?
—Son productos bien recibidos, la literatura musical está de moda y se consume bastante. Desconozco si a los mallorquines les interesa mucho o poco La Granja, me consta que cuentan con muchos seguidores y allí es uno de los grupos más representativos de siempre. En los sesenta, las islas contaron con una gran actividad musical de grupos muy venerados hoy en día y de los que soy muy fan como los Z´66, los Beta, los Pops, Los Bohemios y un largo etcétera. Entiendo que los gustos cambian y a veces uno es más valorado fuera que dentro, pero en mi opinión La Granja se ha ganado el respeto durante muchos años.

¿Cuál es el peso de La Granja en la historia del pop rock español?
—El de un grupo muy profesional, con grandes composiciones, con mucha personalidad. Ha envejecido muy bien. Sus discos no generaron ventas inesperadas pero, como digo en el libro, ellos no iban de nada en concreto; han sabido sobrevivir a modas.

¿Por qué no alcanzaron la cima como Los Rebeldes, la Guardia o La Frontera?
—El hecho de ser las Islas, para las agencias de contratación, suponía un impedimento evidente por cuestiones de costes, por buscar un telonero que proporcionara el backline, los vuelos… A lo mejor si hubieran vivido en la Península les habría ido peor. Ellos marcan su ritmo, eran jóvenes y están más que satisfechos de lo que consiguieron; eran estudiantes y saborearon las giras, los platós, las radiofórmulas. La Granja tiene temas redondos, pero quizás no hayan sido excesivamente comerciales.

Varios integrantes de la banda comparan al baterista y letrista Miquel Gibert con Brian Wilson de Beach boys.
—Miguel es el factótum de la banda, es el cerebro, el más accesible y un zurdo que toca la batería como los diestros. Compone y lo hace por el método de un dedo índice sobre un tecladito buscando las notas de la melodía. Compone, toca y hace unas armonías geniales.

¿Qué temas de La Granja podrían enganchar al público actual?
—Hoy en día, con todo el revuelo del lenguaje inclusivo y lo impetuosos que son, canciones como Cuatro Palmos y Más de veinte años, que es un himno y un canto a la rebeldía. Pero la juventud actual escucha estilos bien diferentes.

A su entender, ¿cuál es el mejor disco de la banda?
—Soñando en tres colores, por lo que supuso, por la reedición y por la variedad de estilos que demuestra desde el rock americano, el pop más preciosista, los toques beat, el glam… Con el tiempo he disfrutado y he apreciado otros que en su día pudieron pasar desapercibidos, como El efecto dominó, parece una continuación de algunos temas del primero citado.