El artista Tomás Pizá posa frente a la instalación de ‘Letanía’, su propuesta para la Mare de Déu. | Jaume Morey

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El arquitecto y pintor mallorquín Tomás Pizá ha sido el elegido para realizar su intervención sobre la Mare de Déu Morta de la Església dels Sagrats Cors de Palma, que se abre hoy al público hasta el día 18 de agosto en horario de 11.00 a 13.00 y de 18.00 a 20.00 horas. La obra, que tiene por título Letanía, fue realizada en apenas una veintena de días y la lona de grandes dimensiones representa un baldaquino con varias imágenes de la vida de la Virgen a través de elementos florales.

A su vez, ubica a la Madre de Dios frente a una gran calavera que simboliza una muerte que no llegó nunca a acontecer a María quien, como recuerda Joan Guaita, que lidera la Fundació Amics del Patrimoni, que organiza el acto: «La Mare de Déu no murió, sino que ascendió al cielo».

De esta manera, Pizá toma el relevo de Juan Carlos Rego, quien creó el año anterior Anima Priscina, y ubica a la tradicional figura de la Virgen frente a frente con la lona que realiza un repaso pictórico de varios episodios de la vida de la Virgen, a través de diferentes representaciones florales.

El artista, de hecho, explica que «ha materializado la idea de un jardín colgante», como los «jardines marianos que empezaron a aparecer en Francia en el siglo VII». En dicho jardín aparecen las flores, temática habitual tanto en la obra de Pizá como en el «desarrollo de la tradición occidental de la pintura», y que tienen el punto de partida de esta obra en el hecho de que en el siglo «XVI aparecen las letanías lauretanas» que son «súplicas a la Virgen a quien nombran como Rosa mística a través de un lenguaje poético».

Dicotomía

Así pues, Pizá enumeró como motivos de la pieza el «querer hablar del eje axial que se produce entre la Virgen y el baldaquino de flores». Para ello, hay una «dicotomía entre muerte y vida yuxtaponiendo una gran guirnalda de flores frescas a una calavera yerma». En este sentido, el «lirio se vincula al momento de la anunciación, el cardo mariano a la pasión, etcétera».

El pintor, a su vez, expresó que, aunque se ha tratado mucho históricamente el tema de la espiritualidad desde el arte, lo cierto es que «en la contemporaneidad cada vez hay menos ejemplos de artistas que se atrevan a abordar la espiritualidad desde el presente». Motivos por los cuales le ha parecido «un reto y una oportunidad muy interesante», según anunció.


Por su parte, Guaita agradeció al artista su trabajo y celebró que «le pareciera una idea maravillosa» porque «como promotor y comisario de estos eventos, siempre busco que quien lo haga esté entusiasmado con la idea», como ha sido el caso.

A su vez, el organizador también quiso agradecer a los franciscanos por ceder la figura de la Virgen y a los teatinos por «el gran acontecimiento que supone que alguien te deje su casa para llevar a cabo eventos paralitúrgicos como este». En este sentido, Guaita calificó también como «acontecimiento» a la «tradición tan mediterránea» de la Mare de Déu Morta.