El director del Atlàntida Film Fest, Jaume Ripoll, en la sede de Filmin en Palma. | M. À. Cañellas

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Todavía quedan noches sin dormir para Jaume Ripoll y su equipo, pero merecerá la pena. Sin caer en sentimentalismos baratos, podría decirse que el sueño que les falta estos días se compensa por otro real. Uno que puede experimentarse con los sentidos y, sobre todo, con el oído y la vista. Hablamos de la 11 edición del Atlàntida Film Fest y que el próximo 26 de julio arrancará en Palma con el estreno en la Isla de El ventre del mar, última cinta de Agustí Villaronga, que viene de arrasar en el Festival de Málaga.

El ciclo clausurará su paso por Mallorca –que no su programación, que continuará online– el 1 de julio con el estreno mundial de El jefe político, rodada en 1925. En esa semana el cine Rívoli reabrirá sus puertas, junto con otros escenarios, para acoger un amplio cartel con nombres de primer nivel, 55 estrenos, conciertos, conferencias y talleres. La mejor forma de «disfrutar de un verano en Mallorca», como señala el fundador de Filmin y director del Atlàntida. Para los rezagados una buena noticia: todavía quedan entradas.

¿Qué sintió al presentar la programación del Atlàntida en el Rívoli?

—Creo que es mágico que abran sus puertas para acoger un festival como el nuestro, la verdad, y espero que la ciudadanía de Palma responda llenando las sesiones.

¿Cómo de importante es generar experiencias en una sala de cine?

—El acto experiencial es clave y estamos en un momento en el que está en riesgo. Cada vez vemos más cosas, pero no lo diferenciamos ni saboreamos. Por eso creo que es clave poder charlar con directores, periodistas, expertos o políticos como Ana Pastor, Íñigo Errejón, Emilio Doménech o Pablo Simón, en una sala de cine.

¿Será esta la mejor edición?

—Sin duda. Tanto en ambición, nombres, estrenos. Es, además, la más heterogénea y con más calidad en cuanto a títulos recientes, razón por la cual son más difíciles de tener, como Annette o Ma belle, My Beauty, que vienen de Cannes y Sundance. Hay muchísima programación de calidad inédita. No es que hayamos subido un escalón, es que hemos dado un gran salto.

¿Más programa es más público?

—Ojalá. Mi objetivo y preocupación es que haya lleno porque será la muestra de que un festival de estas dimensiones tiene sentido en una isla como esta. La clave está en que la respuesta del público nos anime a hacerlo más y más grande.

También se tiene más presupuesto.

—Sí, es una apuesta por nuestra parte y de las instituciones que nos apoyan. Entendemos Atlàntida como un festival ambicioso y eso exige una dotación. Aun así, estamos lejos de los 7 millones de San Sebastián, por ejemplo. Si queremos ser referentes en España tenemos que pensar en qué presupuesto nos movemos nosotros y los demás.

Menos presupuesto que otros, pero contáis con Annette, ¿es el gran pelotazo de este año?

—Hay varios. Annette es la que más porque viene de abrir Cannes, pero tener El chico más bello del mundo en el Rívoli con el propio Björn Andrésen es un lujo a la altura de la de Leos Carax.

Otro lujo es abrir con ‘El ventre del mar’ de Villaronga.

—Siempre buscamos películas emblemáticas y cuando esta se rodaba ya pensábamos en ella para inaugurar este año. Además, cuando lo anunciamos no había ganado nada y ahora, de repente, llega tras arrasar en Málaga; que el hijo pródigo del cine balear presente su película más premiada desde Pa negre será uno de los momentos más bonitos.

¿Recomienda alguna joya del programa?

—Estamos dirigidos a públicos muy diversos y todos pueden encontrar su película. Yo recomendaría a los más jóvenes Alls Eyes Off Me, cuya directora, Hadas Ben Aroya, estará aquí, que es una locura.

¿Cómo es lo de tener a dos estrellas como Stephen Frears y Judi Dench?

—Tenerlos juntos es un hito. Dench tiene 86 años y hace un esfuerzo enorme por venir porque estuvo en la Isla de joven y guarda un grato recuerdo. Quiere ver cómo ha cambiado. Además, presentará Un espíritu burlón aquí, en el Rívoli.


Al mismo tiempo, este año se apuesta muy fuerte por la música.

—Más que nunca porque tenemos deseo de lo lúdico y de ahí la importancia musical. No solo hay conciertos, sino pelis que hablan de música y juntamos muchos nombres como Laurent Garnier, C. Tangana, Lenoard Cohen, Samantha Hudson, Aina Zanoguera o Rodrigo Cuevas y más. Es un viaje heterogéneo y apasionante. No hay otro festival en España que haga esto.

Otro momentazo será el estreno de Doctor Portuondo, la primera serie original de Filmin. ¿Hay ganas?

—Tengo muchas de que el público la vea y saber cómo reaccionan. Es una serie compleja, de un humor incómodo. Aquí estrenaremos dos episodios y en el primero tiene mucho protagonismo Berto Romero, de ahí que venga. Estamos acabando de montarla y el público mallorquín será el privilegiado en verla por primera vez.