El grupo Sopa de Cabra sobre el escenario del Mallorca Live Summer. | Laura Becerra

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Sopa de Cabra celebra este año el 30 aniversario de Ben Endins, el emblemático disco en directo con los grandes éxitos de su primera etapa como banda. Aquel trabajo cambiaría la vida al grupo: su éxito les convirtió en la firma más cotizada del rock català y en la banda sonora de toda una generación. Tres décadas más tarde Ben Endins sigue siendo el disco en catalán más vendido de la historia, y la banda de Gerard Quintana lo celebra con una gira conmemorativa en la que lo repasa casi íntegramente, sin descuidar el resto de sus fogosos himnos. El tour atracó anoche en el festival Mallorca Live Summer (Calvià).

Rutinas hay muchas, la de ir al trabajo no encabeza la lista de las más populares, precisamente. Luego están las rutinas deliciosas, como ese «Bona nit malparits!» con el que, desde el principio de los tiempos, Gerard Quintana descorcha los aquelarres de poesía y electricidad de Sopa de Cabra. Tras su habitual grito de guerra, el conjunto gironí descarga su arsenal de éxitos, forjados a fuego lento a lo largo de sus más de 30 años de andadura. También son 30 las canciones que barajan en sus conciertos, que rondan las dos horas de duración, intercalando su cosecha más reciente con sus clásicos inoxidables, convertidos ya en clichés del rock català, un devocionario reflejado en Jimmy Hendrix, The Rolling Stones, Bob Dylan y Led Zeppelin.

Fanatismo

Hay algo de fanatismo en la relación entre la banda y sus fans, el fervor con el que cantan himnos como El boig de la ciutat, El carrer dels torrats, L’Empordà, Podré tornar enrere o Sota una estrella despeja la frontera entre la expectación y la adhesión incondicional. Y si mira entre el público solo encuentra rostros de satisfacción, dedos apuntando al cielo y estribillos coreados con una extraña mezcla de fervor, pasión y automatismo, dejando una sensación generalizada de que lo que rodea a este grupo alcanzó hace tiempo el nivel de religión.