Los reponsables de las instituciones junto a los programadores culturales este jueves en el Aljub de Es Baluard. | Jaume Morey

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La acústica del Aljub de Es Baluard Museu fue perfecta para hacer llegar el mensaje del programa Apropa Cultura a todos los sectores: la creación de una red de inclusión social que no deje fuera a los colectivos más vulnerables del acceso a los eventos culturales de distinta índole. Así lo manifestaron ayer desde el mentado enclave tanto la responsable de Apropa Balears, Maria del Mar Matas, acompañada diferentes personalidades del ámbito público y privado sin los cuales la iniciativa no sería ya una realidad.

Tras 15 años de experiencia en Catalunya con el objetivo principal en mente de hacer llegar la cultura a todos, Apropa llega para unir programadores y entidades sociales para facilitar su derecho inalienable a los distintos actos por un precio reducido o gratuito.

Presentación

La propia Matas fue quien llevó la voz principal en el acto presentando a los distintos protagonistas del acto, como Gerardo de la Vega, del UCR Serralta, quien destacó la importancia de la Cultura para «mejorar la salud» y especificó que «sin acceso a ella no hay libertad».

También estuvieron presentes en el Aljub la directora del propio Museu, Imma Prieto, la directora ejecutiva del Teatre Nacional de Catalunya, Mónica Campos, el director del área de Cultura de la Fundació la Caixa, Ignasi Miró, Carmen Muñoz, representante de Esment, Servei d’Ocupació amb Sentit, así como los consellers de Cultura, Fons Europeus y Afers Socials, Bel Busquets, Miquel Company y Fina Santiago, respectivamente.

Así pues, con la andadura de Aprop Cultura apenas iniciada en Balears, la red de apoyo e inclusión ya cuenta con 15 programadores y más de 30 centros o servicios sociales y un total de 34 propuestas culturales publicadas y 10 reservas efectivas.

Algunas de las personas que podrán beneficiarse de esta red de inclusión son aquellas que padecen de problemas de adicción, discapacidades de diferentes tipos, gente mayor, con Alzheimer, personas privadas de libertad, enfermos crónicos, enfermos de salud mental, personas sin hogar, migradas o refugiados, así como niños y jóvenes.