El cineasta Agustí Villaronga. | Carles Domènec

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En el año 1935, se celebró la primera edición del Festival de Cine de Moscú, considerado como uno de los más prestigiosos del mundo. Ya por aquel entonces grandes nombres componían el jurado, presidido por Serguéi Eisenstein. Desde entonces, han pasado por allí realizadores como Akira Kurosawa, Federico Fellini, quien estrenó su mítica , o Ettore Scola. Ahora, a partir del 22 de abril, será Agustí Villaronga quien pise su moqueta en su 43 edición, y sí, será presencialmente, para estrenar en la sección oficial su más reciente cinta, El ventre del mar, rodada íntegramente en Mallorca el pasado verano donde recrea un texto de Alessandro Baricco.

El propio Villaronga confirma que estará allí y no solo, sino que liderará una expedición que representará a la Isla y que completarán los productores, el actor Óscar Kapoya o la artista Susy Gómez, quien fue la encargada del diseño artístico de la cinta. Los organizadores del festival en su presentación destacaron de la cinta de Villaronga su «inclemencia con el espectador», algo con lo que el realizador está «de acuerdo en parte». Según su visión, «no es una película que ahonde en la parte tétrica, pero sí en el alma humana».

Premiere

Moscú será, de hecho, la primera «premiere en el mundo de la cinta» y Villaronga reconoce que «el que se dé a conocer allí nos da muchas esperanzas». Supone, dicho de otra manera, «una muy buena entrada». Y es que, efectivamente, la del autor de Pa negre es la única representante española en el festival donde, en líneas generales, no suele haber demasiadas, como él mismo comenta «el cine español ha ido poco, pero ha ido y este año hay muchas cintas de habla hispana».

La historia que Villaronga presentará en Moscú se basa en un capítulo de Oceane mare que narra el hecho histórico del naufragio de un buque a finales del siglo XIX. No obstante, «la cinta no se basa en los hechos verídicos, sino en las personas y en cómo por sobrevivir unos pasan por encima de otros». Todo ello tiene un eco evidente en la actualidad que el cineasta destaca como «replantear lo que ocurre y lleva ocurriendo desde hace años en el Mediterráneo; cómo el mar se traga a tantísimas personas». Aunque también tiene ramificaciones en «las personas que se enfrentan a situaciones trágicas y quedan inconsolables para siempre». Esto puede «ocurrir en cualquier escenario». «Ante incógnitas tan fuertes, la gente queda tocada y hay una manera de reaccionar, para bien o para mal». Esto refleja la película.

Sobre la producción, Villaronga la recuerda como «una apuesta y un riesgo total». Según él, «nos embarcamos, nunca mejor dicho, en algo con muy poco presupuesto y muchas indicaciones por la época covid», lo que resultó en «un rodaje de mucha entrega por parte del equipo».

Los actores, además, «estuvieron en remojo mucho tiempo» y el realizador aprovecha para destacar el «aporte de la figuración», que son «gente que normalmente está allí y ya, pero sin ellos, sin su aportación, no hubiera salido tan bien». Se da el caso, además, de que «muchos eran subsaharianos, algunos que habían atravesado el Mediterráneo para llegar a España y recrearon situaciones muy difíciles».

Estreno

Sobre la disyuntiva del estreno en salas o plataformas Villaronga explica que «las salas son importantes y siempre que puedo voy, a una pero las plataformas son la salida más lógica en el mundo actual para ver las cosas y Filmin ha pasado recientemente a ser también distribuidor de salas, por lo que es una buena opción para nosotros», comenta el cineasta.