Alexandra Palomo y Sergi Baos son Sara y Ramón Mal, un matrimonio vampírico. | Teresa Ayuga

TW
3

Por fuera es un edificio más de la tranquila localidad de Sóller, en el corazón de la Serra. Pero en su interior habitan los Mal, una «familia normal» que, eso sí, tienen una particularidad: es el único clan vampírico de Mallorca. Esta es la trama detrás de Els Mal, el cortometraje que David Mataró dirige y que, a su vez, fusiona la acción real con las animaciones del ilustrador Pato Conde, para dar un toque único a esta comedia «gamberra».

Todo gira en torno al matrimonio formado por Sara y Ramón Mal, interpretados por Alexandra Palomo y Sergi Baos. A ellos se suman Ann Perelló, Marc Bonnín, José Artero, y Aina Segura quienes dan vida a esta familia que Mataró describe como «la única de vampiros que llevan viviendo en Sóller desde el siglo XVIII» .

Palomo cuenta, entre escena y escena, que ella es «la matriarca», a quien define con ironía «de carácter dulce». Las risas del resto delatan un personaje «al que le gusta que las cosas se hagan a su manera».

Su marido en la ficción, Baos, narra que su alter ego ‘chupóptero’ es «lo que suele llamarse un calzonazos», que junto a su mujer forma un binomio «tan antiguo y aburridos el uno del otro que tienen sus discrepancias».

En el fondo, no obstante, son «una familia normal», porque la idea de Mataró es «una comedia gamberra que juegue con la actualidad y la modernidad de los hijos». Por esa razón, la acción se desencadena en torno a la hija que estudia un grado de animación y quiere hacer una película de dibujos sobre su familia. Ahí entra Pato Conde, el animador responsable de los dibujos que encarnarán a todos los personajes en su versión menos cartoon.

Ta190321111-15.jpg
El gran equipo de rodaje ultima los preparativos para una de las escenas por rodar.

No obstante, el decorado, los vestuarios, el maquillaje, y el cuidado con el que todo está realizado – con cuadros antiguos con las caras de los personajes incluidos– hacen que sea «muy fácil meterse en el papel» para los actores a pesar de llevar «muy poco tiempo rodando».

La idea, añade Mataró, es «que el corto tenga vida propia, pero que pueda funcionar como una serie», aunque eso no quita que no se ponga toda la carne en el asador con una producción de primer nivel a cargo del CEF: «Vamos a añadir efectos digitales, como los colmillos o que algunos actores vuelen».

Inmortal

Todas estas cosas al margen, los Mal son una familia muy normal. De vampiros, sí, pero normal, que dentro de poco será inmortalizada –si es que un vampiro puede ser más inmortal– en la pantalla.

Ta190321111-02.jpg
El director David Mataró posa en en un momento de descanso del rodaje.