Martita de Graná durante la función del domingo en Trui Teatre.

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Un vídeo de humor en las redes sociales sobre las maravillas de su tierra, Granada, la lanzó a la fama. Sin buscarlo, Martita de Graná se ha convertido en una de las cómicas más mediáticas y divertidas de panorama actual. Este domingo y lunes colgó tres veces el cartel de 'entradas agotadas' en Trui Teatre.

La influencer recaló en Mallorca con su espectáculo Mi padre flipa con todas las entradas agotadas. En tan solo unas horas, acabó todos los pases para las tres funciones en la Isla. El público mallorquín tenía ganas de reír y pasárselo bien y Martita no defraudó. La joven granadina salió al escenario del teatro palmesano y arrasó con la naturalidad que le caracteriza. Con tan solo un «buenas noches», se metió al público, mayoritariamente femenino, en el bolsillo.

Durante más de una hora, la humorista parodió momentos cotidianos, en los que podían identificarse la mayoría de las asistentes. Con desparpajo y sin pelos en la lengua, Martita habló de sexo, salud y el día a día de cualquier mujer. Entre carcajada y carcajada, la de Granada amenizaba el espectáculo con algunos de los vídeos que comparte en sus redes sociales y que durante la cuarentena le catapultaron a la fama.

Martita de Graná es histriónica y directa, y así narra los episodios de su día a día: noches de jarana, arritmias de gimnasio, odiseas de supermercado, tocamientos íntimos, y por supuesto delirios en tiempos del coronavirus.

La andaluza, que reconoce que se hizo cómica de casualidad, sino ahora sería profesor. Sobre el escenario de Palma hizo reír, pero también lanzó un mensaje de empoderamiento femenino. Martita reivindicó encima del escenario el papel de las mujer en la comedia y pidió a todas las mujeres que se quieran tal y como son, «sin complejos». El público aplaudió con ganas sus chistes y también sus reivindicaciones.

La influencer cuenta con más de un millón de seguidores en Instagram donde comparte pequeños vídeos de humor.