El presidente de la sección balear de la SECC, Francesc Casadesús. | Redacción Deportes

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La estampa de 2002 es imposible de imaginar hoy. Más de 600 personas aguardando para acceder al CaixaFòrum. No lo hacen por una estrella de cine ni por un autor de bestsellers, sino para asistir a una conferencia sobre filosofía griega. La avalancha de personas es tal que, en el vestíbulo del Gran Hotel, una gran escultura de Rodin comienza a tambalearse fruto de la presión. Todo quedó en anécdota, pero ilustra la fiebre que Palma ha vivido por el ciclo de Cultura Clàssica i Pensament que este año cumple un cuarto de siglo desde su primera ponencia en 1996 y lo hace en medio de la pandemia, pero con las mismas ganas de público y organizadores.

El rostro detrás de tantos años exitosos es el de Francesc Casadesús, presidente de la sección balear de la Sociedad Española de Estudios Clásicos, para quien «han pasado muy rápido». Todo comenzó, relata, tras un «congreso en homenaje a Miquel Dolç». El gran éxito de convocatoria, por el cual se tuvo que pedir al Teatre Principal una sala, hizo que «Conrado Villalonga me propusiera darle continuidad». A lo que Casadesús replicó: «Una cosa es que haya venido gente a oír hablar sobre Miquel Dolç y otra es que vengan a un convento de Clásica». Tras la insistencia de Villalonga, Casadesús accedió «sin tenerlo claro».

¿La respuesta? Más de «200 personas inscritas, que ha sido la tónica siempre». El resto son 25 ediciones en las que han participado expertos de primer nivel que hablaron sobre un universo «inagotable»: el mundo clásico.

Un cuarto de siglo lleno de «filosofía, historia, arte, mitología» y un larguísimo etcétera con cientos de conferenciantes y «amigos». Desde aquella primera cita con la democracia ateniense del primer día hasta el debut de Safo, de quien no se había hablado hasta ahora, y que es la prueba de que el mundo clásico tiene muchísimo que decir. También de la actualidad con una «aproximación a lo que sucede a partir de una perspectiva más reflexiva que proceda del mundo clásico. Como qué actitud tendría Diógenes o Sócrates en un mundo como este», incide.

Heroicidad

Este año tiene algo de «heroico», defiende Casadesús, por todo lo ocurrido provocando que «muchísimas personas se hayan quedado fuera», algo que le «duele y entristece». No obstante, a la espera de tiempos mejores en los que llevar a cabo una celebración como es debido, Palma seguirá asistiendo a su cita con el mundo clásico, como lleva haciendo durante un cuarto de siglo y, según indica la respuesta del público este año pandémico, seguirá siendo así durante mucho tiempo.