El nuevo disco tendrá edición física, pero aún no tiene fecha de lanzamiento. | Efe

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Solo queda definir la lista de canciones, pero C. Tangana tiene mezclado y masterizado «suficiente» material como para publicar mañana mismo El madrileño, su esperado disco, que contendrá Tú me dejaste de querer (con la que rompió registros comerciales) o Comerte entera, la bossa lanzada este viernes que lo ha unido a una leyenda como Toquinho.

«Eso ha sido un desmadre... y lo que se viene», anticipa en una charla por un álbum que es «como el Madrid de Zidane, con una plantilla espectacular», y en el que ha contado con figuras de relumbre como Jorge Drexler (al que presume de llamar «amigo») o la actriz Bárbara Lennie («musa» de su último videoclip).

Han sido dos años de trabajo para terminar de moldear los temas de Curaduría, dice Antón Álvarez (Madrid, 1990), antes de precisar que el sucesor de la mixtape Avida Dollars (2018) y el EP Bien :( (2020) en realidad ha sido su disco «más espontáneo y menos performativo».

«No se ha tratado de colaborar con artistas que funcionen, ni en mi mercado ni en ningún otro, tampoco con las composiciones. Es espontáneo porque toma mis referencias reales, la música que escucho de verdad. También por la forma de componerlo, con temas que están escritos con guitarra y voz en un día, en un par de horas la mayoría, y sin un filtro de teatralidad», afirma.

La suya es, desde hace tiempo, una apuesta arriesgada en la inmersión y mezcla de géneros, redibujando estilos típicamente españoles para sacarlos del ostracismo o la caspa, como demostraba al traer al presente el pasodoble en Demasiadas mujeres, otro de los cortes del próximo álbum y, para su sorpresa, otro número 1.

«Pensé que sería un giro que me podría dar reconocimiento, pero no estar al lado de las visitas que ya tenía. Creía que sería más bien un recogimiento, como le pasa a muchos artistas cuando se hacen mayores, pero es justo cuando más exposición estoy teniendo», celebra.

El público abrazó aún con más fuerza su siguiente tema, Tú me dejaste de querer, que partía de un riff de guitarra que remitía a Extremoduro en una fusión de rumba y bachata. Solo necesitó 24 horas para convertirse en el mejor debut de la historia con 1,6 millones de reproducciones en Spotify España, y eso que venía de una presunta filtración que puso en riesgo todos sus planes.

«Fue real, algo descontrolado que generó muchas tensiones, pero decidí reírme de ello. No conozco en la historia musical reciente una filtración que no haya sido positiva porque genera atención, pero lo cierto es que era mi apuesta ante un disco complicado para poder empatizar con la mayoría», asegura.

Hasta la prensa especializada se puso de su lado. «Es la primera vez en mi vida que la crítica musical en este país me da una etapa de reconocimiento», señala, sin poder ocultar su satisfacción, después de que no pasara lo mismo que con su anterior LP, Ídolo (2017), el que lo convirtió en una figura de masas con un replanteamiento de los códigos del hip hop.

Así lo reconoce él: «En ese disco hubo un gran salto a nivel comercial de lo que estaba acostumbrada la música urbana, en cuanto a discurso, de apropiación del lenguaje de la industria, de los medios... Eso creó una especie de estigma en la que mi parte artística quedaba secundada y todo lo que hacía era tachado de puro márketing».

«El madrileño es mejor disco que Ídolo», subraya no obstante, «pero porque lo que estoy haciendo en cada momento es para mí lo mejor. Me obligo a esa obsesión de apasionarme con la creación. Necesito una excitación que me lleve a creer que esa canción va a cambiar la historia de la música y mi carrera para siempre».

Lo intenta de nuevo con Comerte entera, una ecuación de múltiples variables, en las que se entrecruza la bossa nova, el funk carioca y «ritmos ibéricos» para alumbrar un tema sensual de voz robotizada que lleva su sello.

«La esencia de este disco es buscar una perspectiva tan mía, tan original, que aunque todo el mundo la vea no se pueda copiar», destaca C. Tangana, para quien su singularidad artística radica en varios factores: «Mi idioma, mi forma de hablar, mi forma de entender la producción y componer, no quedarme en la imitación y tomar un nivel de riesgo que esté un paso por delante de lo que ya se ha hecho».

Visto eso, da la impresión de que no hay género al que actualmente no pueda meter mano este artista surgido del ámbito del rap. Pero no.

«Lo único que rechazo es lo que venía haciendo. Me cuesta mucho subirme a un beat de hip hop de 90 bpm; a uno de trap no puedo ya y el reguetón, aunque me sigue gustando el dembow, si es muy fórmula tampoco puedo. Estoy muy agotado con eso. Me da la sensación de que estoy yendo a la oficina cuando me pasan esos beats», confiesa el autor de «Mala mujer» o «No te debí besar».

El nuevo álbum podría ver la luz en cualquier momento: «Tengo la suerte de que Sony me permite a estas alturas manejar los tiempos. Solo falta el tracklist y, hasta que no lo tenga, no habrá fecha, pero tengo suficientes temas mezclados y masterizados como para que, si esta noche lo cierro, el disco se publique de un día para otro».

Y, a diferencia de lo que hizo con sus anteriores lanzamientos, El madrileño tendrá edición física. «Quiero que este disco sea un objeto también, que se quede perdido cuando llegue el apocalipsis y que alguien buscando víveres se lo encuentre en una caja», argumenta.