El artista mallorquín posa junto a dos de sus pinturas más icónicas. | Redacción Cultura

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Un arte fresco, dinámico y excitante. Un arte que tiene algo de rock’n’roll posmoderno. Ironía, rebeldía y entretenimiento. Un estilo alejado de las sombrías y atezadas pinturas que todavía, hoy, adornan algunas paredes de estilo grecorromano. Ese es el estilo de René Mäkelä.

Conectar con el público es algo que a este pintor de madre finlandesa y padre asturiano no le viene de nuevo. Lo aprendió durante los años que pasó como guionista en el programa de Andreu Buenafuente. De los guiones al lienzo. Sus telas todavía respiran el aire del doble sentido de la ironía del famoso programa de humor. Su objetivo es que el espectador, ahora de sus cuadros, advierta que lo que su trabajo expresa es algo más de lo que se ve a primera vista: ironía pintada que va desde un Winston Churchill bajo el clásico God Save the Queen a un Basquiat Calavera con neón.

El artista mallorquín, con base en Santa Catalina, ‘el Soho’ de Palma, crea ingenio en un barrio en el que todavía quedan resquicios del costumbrismo mallorquín y donde las castizas señoras se entremezclan con la maleza escandinava.

Cam Newton y Derrick Rose fueron el encargo de Antoine Griezmann.

Proyecto

El pintor, que admite no romper cuadros «por lo menos no adrede», comenta que «durante la pandemia he aprovechado para darle forma a un proyecto del que todavía no puedo adelantar nada». Aunque cada vez que lo comenta algo se remueve en él. Sin embargo, ahora tiene en marcha varios encargos de grandes figuras del deporte. Theo Hernández, defensa del Milan; Vinícius Júnior, delantero del Real Madrid, y Patrick Peterson, jugador profesional del fútbol americano de la National Football League, son algunas de las recientes celebrities que se han puesto en contacto con el pintor para conseguir ‘un Mäkelä’. «Se ponen en contacto conmigo a través de redes sociales, email o incluso por teléfono. Vinícius me envió un mensaje por Instagram tras ver los cuadros que hice para Griezmann y que le entregué el 21 de diciembre», comenta el pintor.

Asimismo, cabe añadir que el artista está acostumbrado a pintar para rostros conocidos. Hay paredes y ‘paredes’. Y Mäkelä llena las segundas. De su estudio han salido óleos que adornan los domicilios de Cara Delevigne, Jorge Lorenzo, estrellas de la NBA o Madonna. La intérprete de Like a Virgin se hizo también con una chaqueta, en la que René plasmó un diseño en la espalda. Y la semana pasada viajó a Madrid para entregar en persona un cuadro con el logo de Porsche al CEO de la marca en nuestro país.

Su mejor escaparate son las redes sociales, plataforma que le permiten ser su propio galerista y que se inunda de likes cada vez que René publica alguna de sus obras en Instagram. Su hija, actual musa, protagoniza junto al Puppy de Jeff Koons uno de los cuadros más ocurrentes de Mäkelä, que ahora traspasa los lienzos para estar presente en sudaderas y camisetas. El pintor mallorquín, que confiesa que le gustan las películas de Bruce Willis y la pizza con piña, tiene un estilo muy claro que el público reconoce.

Aunque de momento no conviene hacerse muchas preguntas en este 2021, todo apunta a que el universo creativo de Mäkelä pinta bien. Nunca mejor dicho. Sin duda, esto es lo extraordinario del arte contemporáneo. Es el tiempo quien se encarga de definir si la obra es buena. Y vista la trayectoria de Mäkelä, parece que el dictamen está claro. Mäkelä, en definitiva, es digno representante de aquella inmemorial sentencia de ‘trabajar por amor al arte’.