Antoni Caimari, en una imagen reciente.

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La Associació Antoni Caimari Alomar, de reciente creación y que recibe el nombre del fundador de la Fundació ACA (Àrea de Creació Artística), sufragará los gastos de la manutención de Caimari a partir de donativos y otras aportaciones de sus miembros. «No nos ha quedado otra opción», aseguró ayer a este diario su hijo, Antoni Caimari Caldés, tras la negativa del patronato de la citada fundación, este pasado martes en su última reunión del año, de hacerse cargo de sus cuidados y «devolverle así todo lo que él ha dado a la fundación», aclara su primogénito.

En este sentido, la familia de Caimari baraja llevar a la junta directiva del patronato a los tribunales por «la destitución ilegal de mi padre como presidente de la Fundació ACA, porque no se aportó ningún informe médico que justificará esa decisión», un hecho que aconteció en octubre del pasado 2019, «cuando mi padre todavía no estaba incapacitado para llevar a cabo sus funciones», prosigue Caimari Caldés.

Junta

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Dicha junta directiva está compuesta por Liniu Siquier, la presidenta del patronato; su secretario, Miquel Àngel Tortell; el abogado Josep Ferrer, y el economista Jaime Pellicer. Según el hijo de Antoni Caimari, «estas personas, que se han portado tan mal con mi padre y ahora se están riendo de mi familia y de mí no quieren perder su sillón, no aceptan sus errores y tienen una gran falta de sensibilidad». Cabe destacar que Caimari Caldés, que es patrono, abandonó la junta directiva en aquel momento por estar en «desacuerdo» con sus decisiones. Además, cuentan con el beneplácito de «la presidenta del Consell, Bel Busquets», con la que Siquier y Tortell «comparten partido, Més».

Sobre la destitución de Antoni Caimari, su hijo afirma que «no se hizo de manera correcta, de hecho, desde el Protectorado de Fundaciones dicen que hay deficiencias que se deben subsanar» en la documentación aportada para que Caimari dejase de ser presidente de ACA.

Voluntad

Caimari y sus familiares se sienten «desamparados». «El propio Consell no se manifiesta sobre la voluntad de mi padre», que pasaba por dejar ACA en manos de la institución insular, prosigue Caimari Caldés, quien concluye: «Seguiremos luchando de manera legítima desde nuestra nueva asociación».