Una de las pocas imágenes en las que aparece Maria Mercè Forteza, conocida también en el ámbito artístico de la Isla de los años 20 y 30 como Mari-Mercé o Maruja La Isleñita.

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Con el comienzo de la semana aparecía un descubrimiento sorprendente y un misterio por resolver. La Filmoteca Española anunciaba la emisión en abierto en su cuenta de Vimeo de Mallorca, un cortometraje de ocho minutos de duración dirigido por una tal Maria Forteza, convirtiéndola en la primera mujer en rodar una película sonora en España. No obstante, los entendidos en la materia se preguntaban lo mismo: ¿Quién fue Maria Forteza?

El misterio fue resuelto en la noche del martes cuando la periodista Laura Jurado desvelaba en la web Industrias del Cine que se trataba de Maria Mercè Forteza, una cupletista mallorquina, de origen ‘xueta’, que además era esposa y colaboradora de Ramón Úbeda, productor que desarrolló la cinta y que participó en otros títulos de la época como El secreto de la Pedriza, de 1925. El interés por su figura traspasa fronteras, puesto que el diario The Guardian publicó este miércoles la noticia en su página web.

Familiares

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La citada periodista e investigadora contactó con familiares de Ramón Úbeda, quienes, además de confirmar la identidad de Maria Forteza, explican que «la imagen que se está vendiendo de ella como pionera no nos cuadra». Esto encaja con la opinión de Francesc Bonnín, director del Arxiu del So i la Imatge de Mallorca, quien matiza la labor de la misteriosa Forteza: «Seguramente colaboraron y Úbeda la puso como directora». No obstante, no es menos destacable su labor, y añade que «el director es el gran coordinador. Ella conocía la Isla y gestionaría los lugares para filmar, así como los permisos». Bonnín, que aprovecha para resaltar también la figura de Úbeda como «un tipo con mucha iniciativa y que patentó un sistema sonoro para el cine», advierte de que esto «no resta ningún mérito» a Forteza.

La investigadora Magdalena Rubí Sastre, para quien «es evidente la voluntad artistica» que hay en Mallorca, confiesa que mientras a Úbeda le tenían fichado, «no sabíamos nada de Forteza», y ahora que ya tienen la respuesta a quién era «se abren otros interrogantes» como saber cómo llega a figurar en los créditos de la obra, aunque la hipótesis de que la pusiera el propio Úbeda le parece bastante plausible.

Y es que Maria Forteza no era «una profesional del cine», sino «del espectáculo». Eso es lo que destaca la prensa de la época, que sí la menciona y que recoge el escritor y colaborador de este periódico Llorenç Capellà, quien ha recabado información sobre la conocida como Mari-Mercè o también Maruja La isleñita, una artista de variedades y cupletista que era mencionada por la revista Arte y Valor como «bella y genial artista, reina de las saetas que cautiva a los públicos por su arte y simpatía personal».

Perteneciente, pues, a un grupo de artistas que practicaban el teatro, la zarzuela y las que sobresalían el cuplé, como el caso de Forteza, su relación con el mundo del arte le llevó no solo a entablar una relación con quien seria su marido, Ramón Úbeda, sino también con el amor que ambos profesaron por el cine, y que se tradujo en Mallorca, filme que se ha convertido en la primera película sonora española dirigida por una mujer.