Segon vídeorelat de la sèrie ESCRIT A CASA. RELATS DEL CONFINAMENT A MALLORCA. Amb text de Neus Canyelles, il·lustracions de Tonina Matamalas i interpretació de Mariantònia Salas. Edició de so de Joan Miquel Artigues. Idea original, creació i producció de la Fundació Mallorca Literària SANT JORDI, 2020 | Youtube: Canal MALLORCA LITERÀRIA

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Neus Canyelles (Palma, 1966), el anuncio del decreto del estado de alarma por parte del gobierno la encontró cuando estaba ingresada en un psiquiátrico y «todo cambió de un momento a otro». Así, le dieron rápidamente el alta, «no sabían si necesitarían más habitaciones» y volvió a casa, donde pasaría sola la cuarentena, «una gran prueba».

Así lo cuenta en su relato titulado L’intercanvi, el segundo videorrelato de la colección Escrit a casa. Relats de confinament a Mallorca, una iniciativa de la Fundació Mallorca Literària que arrancó el jueves pasado, coincidiendo con Sant Jordi, con el cuento Robatòrum per menjatòrum de Sebastià Portell, y que se prolongará hasta el próximo 9 de julio con el lanzamiento de un texto cada jueves, con un total de 12 relatos y la participación de 36 creadores. De esta manera, este jueves la Fundació colgó el relato de Canyelles –con ilustraciones de Tonina Matamalas y voz de Mariantònia Sales– en su Facebook y también en su canal de Youtube.

Neus Canyelles

L’intercanvi sigue la estela de la última novela de Canyelles, Les millors vacances de la meva vida (Empúries, 2019) y reflexiona sobre esta extraña situación de cuarentena desde un punto de vista muy personal. «Perdí la esperanza en la humanidad con 14 años y, desde entonces, no la he tenido nunca más. Puede que sea pesimista o negativa, pero no creo en un futuro mejor. Soy muy buena persona, pero no haré nada para cambiar el mundo, no creo en nada de todo eso», reconoce.

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«Por eso, cuando oigo a la gente decir que cuando todo eso pase todo cambiará para bien, o hacen chistes o publican tonterías por internet o veo esos aplausos ridículos, me parece como si se burlaran. Algunos chistes me hacen gracia, me considero una persona con mucho sentido del humor, aunque eso parezca contradictorio, pero todo eso me parece ridículo en una época tan negra como la que estamos viviendo. Nada cambiará, ya se ha demostrado al dejar salir a los niños, lo cual fue horrible. Cuando nos dejen salir, todos seguirán llevando la misma vida que antes», asegura. Por otra parte, respecto a la salud mental, la autora explica que «hace poco mi nuevo psiquiatra por fin me diagnosticó distimia, trastorno depresivo persistente. Cuando vi la película Joker, que me pareció buenísima, me gustó mucho la frase en el que el protagonista dice que ‘lo peor de tener una enfermedad mental es que todo el mundo actúa como si no la tuvieras’. Es curioso, porque cuando uno tiene cáncer o cualquier otra enfermedad, todos te tienen en consideración y se apiadan de ti. Pero a la gente como yo, que padecen una enfermedad mental, nos riñen muchísimo».

Empatía

«Hay muy poca gente que tenga empatía. Por eso en el relato digo que me encantaría cambiarme por alguien que tenga coronavirus, firmaría por tener eso y no la enfermedad que tengo. Lo que estoy pasando no se lo deseo a nadie, es duro levantarse cada día. Además, lo del confinamiento no es ningún problema para mí, al contrario, estoy en mi salsa», afirma. L’intercanvi es, sobre todo, «un cuento sarcástico, bestia».

Los libros de relatos o novelas breves son dos géneros que Canyelles domina; no en vano se alzó con el Premi Mercè Rodoreda por el volumen de cuentos Mai no sé què fer fora de casa.