TW
1

Las acusaciones de acoso sexual de una veintena de mujeres contra Plácido Domingo son «creíbles», como establece la segunda y última investigación que había en marcha en EE.UU sobre el comportamiento del tenor español, que tiene previsto continuar con su carrera en Europa, según ha podido saber EFE.

El tenor, según fuentes de su entorno, tiene previsto continuar con su agenda de actuaciones en Europa, en todos los teatros que mantengan las representaciones ya programadas.

Si la Zarzuela prefirió suspender sus compromisos con él y el tenor decidió retirarse de las representaciones de «La Traviata» que tenía previstas el Real, el artista continúa programado en Lucerna, Minsk, Moscú, Viena, Verona, Florencia, Múnich, Salzburgo o Colonia.

La segunda investigación interna, cuyos resultados se conocieron ayer, es la que emprendió la Ópera de los Ángeles, institución dirigida por el madrileño (1941) desde 2003 hasta octubre, tras conocer las acusaciones de acoso sexual y abuso de poder de nueve mujeres publicadas por la agencia AP a las que se sumaron otra decena en septiembre en ese mismo medio.

La conclusión de esas pesquisas se suma a la del American Guild of Music Artists (AGMA), el sindicato de artistas musicales de EE.UU, que dio a conocer el resultado de su informe el 25 de febrero en medio de las denuncias de uno de sus miembros de que presuntamente había habido un intento de «suavizarlo» a cambio de 500.000 dólares.

Agma considera «probado» que Domingo tuvo «un comportamiento inapropiado» e hizo insinuaciones sexuales y coqueteó dentro y fuera del trabajo, unas «acciones» sobre las que, en un primer comunicado, Domingo admitió su responsabilidad y pedía perdón aunque en uno posterior matizaba que «nunca» se había comportado «agresivamente» ni había hecho «nada para obstruir o perjudicar la carrera de nadie».

Tras conocer el resultado del informe de Agma y los comunicados de Domingo, la mezzosoprano Patricia Wulf, la primera mujer que denunció públicamente el acoso sexual que supuestamente sufrió hace tres décadas por el tenor, aseguraba en una entrevista con EFE que fue «agresivo» con ella «y con otras mujeres».

La Ópera de los Ángeles, según el informe que ha hecho para ella el despacho de abogados Gibson Dunn, considera que las acusaciones contra el artista son «creíbles», «en parte debido a las similitudes en sus procedimientos».

«El nivel de incomodidad declarado por las mujeres varió, desde algunas indicando que no se sintieron incómodas hasta otras que describieron un trauma significativo», explica el informe de la institución operística, para el que se analizaron «500.000 documentos» y se entrevistó a 44 personas, entre ellas el tenor.

Algunas de las presuntas víctimas declararon que se sintieron «desanimadas a denunciar la mala conducta debido a la importancia y talla» de Domingo, que, precisan, ha cooperado con la investigación.

En sus reuniones con los abogados a propósito de las denuncias, el tenor español «negó todas las acusaciones de contacto no deseado y sostuvo que todas sus interacciones fueron consensuadas», unas manifestaciones que a los abogados les parecen «sinceras» aunque también perciben que algunas fueron «menos creíbles o carentes de conciencia».

Pese a todo, y aunque en Estados Unidos se cancelaron todas sus actuaciones, el tenor quiere continuar con su agenda europea, siempre que los teatros en los que está anunciado mantengan las fechas.

«If I rest, I rust» (si me paro, me oxido) es el lema desde hace muchos años del artista, una de las mayores voces dramáticas de tenor de todos los tiempos, el mejor «otelo» de la segunda mitad del siglo XX y poseedor del récord de 4.000 representaciones, al que llegó el pasado mes de abril.

Domingo, que ha interpretado más papeles que ningún otro tenor de la historia, 151, fue director musical y luego director general de la Ópera de Washington (1996-2011) y también de la Ópera de Los Ángeles desde 2003, un cargo del que dimitió el 2 de octubre para «no hacer daño» a la institución.

Ya antes había anunciado que tampoco cantaría de nuevo en el MET de Nueva York, justamente el teatro del que más apoyo había obtenido hasta entonces pero en el que varios trabajadores se habían enfrentado con él cuando ensayaba «Macbeth».

La «ruptura» estaba precedida de las cancelaciones de sus actuaciones en teatros norteamericanos como la Ópera de San Francisco, la de Dallas y la Orquesta de Filadelfia.

Que Europa iba a tener una actitud diferente con él lo dejó claro su actuación en el Festival de Salzburgo, el 25 de agosto, donde fue aclamado, lo mismo que en la Ópera de Zurich, el Palau de les Arts de Valencia -que el mes pasado decidió quitar su nombre a su Centro de Perfeccionamiento para intérpretes-, la Scala de Milán o la Staatsoper de Berlín.