Amaia canta con un registro aguerrido y sensual. A veces suena anglófila, pero adora la canción francesa. | Youtube Ultima Hora

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Amaia ha irrumpido con una demora de diez minutos, y el patio de butacas se ha llenado de ‘francotiradores’ que percutían los flashes de sus teléfonos móviles sobre ella.

Tomaba el escenario con un moderno atuendo mientras deslizaba los primeros versos de Un día perdido. La joven navarra encarna la enésima oportunidad para la industria musical española de crear eso que desde hace tiempo se le resiste: una artista pop redonda. Por el momento no existe mejor candidata, con tan solo 21 años la ganadora de Operación Triunfo 2017 ha roto los corsés de la radiofórmula para instalarse en una dimensión propia, a medio camino del indie y la canción de autor.

Incrustada en un escenario adornado a imagen y semejanza de un jardín, Amaia encaró el segundo tema, Todos estos años. Sonó pletórico, descubriendo la profundidad sentimental que esconde su voz. Su repertorio serpenteó por los mismos cauces románticos con Javier, otro corte fruto del amor melómano que hace bullir su inspiración.

Sensual

Amaia canta con un registro aguerrido y sensual. A veces suena anglófila, pero adora la canción francesa. En este caso, no sabemos si emparentarla con la candidez desarmante de France Gall o la contención abrasadora de Sylvie Vartan. Bendito problema. En cuanto a su mano a mano con el público, éste no dejó de alentarla, haciendo palmas y coreando unos estribillos que hace suyos con orgullo, demostrando que no hace falta cantar en inglés para concebir letras emotivas, pegadas a la acera.

Y un último apunte que habla de su humildad, Amaia no busca la autocomplacencia ni el aplauso gratuito, se lo curra, consiguiendo un imposible: hermanar la fragilidad y la contundencia, la melancolía y la alegría. Demostrando siempre que su música tiene puntería y equilibrio.