La directora del IRL, Iolanda Batallé, posó en Palma para esta entrevista.

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La directora del Institut Ramon Llull, Iolanda Batallé, estuvo la semana pasada en Mallorca, donde se reunió con los responsables de las instituciones culturales de Baleares, para coordinar la participación de los creadores de las Islas en proyectos internacionales.

Estos días, en Palma, ha llevado una agenda intensa.
— Desde que cogí la dirección del Llull, hace año y medio, suelo reunirme cada mes con los sectores y políticos que me ocupan. Me he reunido con los consellers Pilar Costa y Martí March, con la delegada Catalina Solivellas, con el director del Institut d’Estudis Baleàrics [IEB], Mateu Malondra, y con Bel Busquets, del Consell. Estamos estudiando, en la línea de artes escénicas, colaboraciones con el Teatre Principal.

¿Cuáles son las próximas citas de los creadores de Baleares?
— La próxima semana tendrá lugar el festival literario más importante en lengua portuguesa, Corrientes d’Escritas, donde participarán Melcior Comes y Laia Malo. Sebastià Portell asistirá a la Feria del Libro de Buenos Aires. Antònia Vicens viajará, en verano, al Marché de la Poésie de París. Estaremos en las próximas ediciones de las ferias de Londres, Bolonia y Fráncfort, donde siempre hay una mesa para el IEB y presentamos a los escritores baleares, ya que nos une el dominio lingüístico.

¿Qué destaca de las reuniones en Palma en otras disciplinas?
— Es importante establecer una colaboración con el Teatre Principal de Palma, la Sala Beckett de Barcelona, Temporada Alta de Girona y Fira B!. Los textos de los dramaturgos baleares no suelen estar traducidos. Una de las próximas inversiones será traducir, al inglés y francés, los textos de unos diez dramaturgos baleares, para que los dramaturgos del mundo los puedan valorar. Es muy destacable ver cómo está emergiendo el Jazz balear. Se está preparando la participación de músicos de las Islas en el festival Budapest Music Festival y en Londres.

Laura Gost está estos días en Buenos Aires.
— Hay una colaboración del festival Temporada Alta (Girona) para fomentar la difusión de la dramaturgia en Buenos Aires, donde está incluida Laura Gost. En Fira Tàrrega, hay una colaboración con un programa de investigación en dramaturgia de artes de calle. Se organizan residencias en Olot y Tàrrega, y se prevé un tercer socio internacional. La idea es sacar dos convocatorias: una para un artista catalán y otra para un artista balear.

Además, nos gustaría abrir una residencia en Baleares. Las residencias son una pieza clave. Al regresar a sus países, los creadores están exportando la experiencia, el paisaje y las personas con las que han colaborado. Nos enamoramos de una lengua, una literatura y una cultura, a través de las personas que nos las dan a conocer. El Llull debe facilitar esos enamoramientos, generar situaciones que creen vínculos que perduren en el tiempo.

¿En qué otros proyectos el Llull ayudará a la promoción de artistas mallorquines?
— En el Festival Puppets de Grecia, se contará con Andrea Cruz y Mariantònia Oliver. Abriremos a Balears el ciclo gratuito de Cine libre en las bibliotecas, que surgió en Barcelona. Contamos con Victòria Morell, Mago Produccions y Joan Porcel. La idea es que las películas documentales se vean en todos los territorios de la Eurorregión Pirineos Mediterráneo. En el festival de música sinfónica de Túnez, participará este año la Orquesta de Menorca. El Festival de los Pirineos quiere dedicar una producción al compositor Antoni Lliteres.

¿Qué aporta Baleares al Llull?
— En estos tres años que llevo en el Llull, la aportación se ha ido incrementando. En 2018, Balears aportaba unos 500.000 euros. Ahora es de unos 700.000 euros, repartidos en 450.000, para Cultura, y 250.000, para Política Lingüística.

Es un aumento importante, pero no son unas cifras muy altas.
— Lo que el Llull trabaja para Balears es más importante que la aportación, que equivale a un 8% del presupuesto global. Hemos ido mejorando, en unos momentos difíciles. Lo más importante es el proyecto. Ir trabajando para que cuando llegue otro gobierno este se mantenga.

El Govern balear ha salido y entrado del Llull hasta en tres ocasiones.
— Sí, yo no lo he vivido, pero puedo decir que la presidenta Francina Armengol defiende al Llull. Me consta que ha habido presiones, pero ella cree en el proyecto. Los consellers nos han acogido excelentemente. Han sido siempre muy claros.

¿Qué papel deben tener las grandes firmas en la estrategia que está trazando el Institut Ramon Llull?
— Mi obsesión ha sido preguntarme quién es el Pau Casals de hoy en día, o quiénes son los actuales Blai Bonet, Mercè Rodoreda, Marià Villangómez o Maria del Mar Bonet. Un consorcio como el Llull debe ser una especie de comadrona. En los 20 años que he trabajado como editora, me considero una persona preocupada en descubrir voces. Al mismo tiempo, es muy importante reforzar y cuidar a los veteranos y veteranas, que han hecho un trabajo excelente. Se ha de buscar un equilibrio. Está claro que Rosalía hace más para dar a conocer el catalán que todos juntos. Queremos que la gente nos descubra, es igual la puerta de entrada.