Bartolomé Seguí y Ferran Aguiló, en la redacción de nuestro periódico. | P. Pellicer

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Tal día como mañana, el 3 de febrero de 1990, se publicó la primera tira de Vuits i nous en Ultima Hora, bajo la firma de Canamunt & Canavall, pareja que formaban el guionista Ferran Aguiló y el dibujante Jaume Ramis. «Era toda una institución», asegura Aguiló sobre quien fue su compañero hasta 2004 y que falleció dos años después en Manacor, víctima de un accidente de moto.

En marzo de 2004, después de pedir recomendación a Rafel Vaquer, actual vicepresidente del Clúster de Còmic i Nous Mèdia, Bartolomé Seguí cogió el relevo de Ramis y la firma pasó a ser Tueldús. «Nos entendemos muy bien. La mayoría de veces comparto el mensaje que Ferran quiere transmitir», asegura el que se alzó con el Premio Nacional de Cómic en 2009 por Las serpientes ciegas.

Sobre cuál es el secreto del éxito de esta ya emblemática tira gráfica de la prensa balear, Aguiló lo tiene claro: «Son muchos años de experiencia. Además, tenemos el apoyo de los editores, que nos han defendido de todos los buitres que han intentado que ya no siguiéramos».

PALMA - CHISTE PARA LA SECCION

PALMA - CHISTE PARA LA SECCION

«Espolear conciencias, hurgar, crear una duda, subrayar, focalizar una contradicción y, a veces, ampliarla hasta el absurdo», es el objetivo de Vuits i nous según el tándem Tueldús. «No somos neutrales. Criticamos el ejercicio de poder, no los colores políticos. Los límites van con la ética de cada uno. Nosotros tenemos una ética particular y profesional. Evidentemente no nos reiremos de una víctima, por ejemplo. No buscamos hacer reír, si fuera así lo podríamos hacer de cualquier cosa», añade Aguiló.

Con la vista puesta en la más rabiosa actualidad, sobre todo política, los autores reconocen que se han ganado más enemigos que amigos. «Poca gente es capaz de reconocer que esa viñeta en el que le dejo como un sucio pañuelo es buena. Entre esas pocas se encuentran Maria Antònia Munar, Jeroni Saiz y Francina Armengol, que han sido capaces de reírse de las tiras que ellos mismas protagonizan», apunta Aguiló, quien asegura que «he pedido muy pocas veces perdón, al principio es más probable que metas la pata y te equivoques, pero en todo caso si algo no le convence a Tomeu, sé que me lo dirá».

Aguiló y Seguí trabajan «como cualquier columnista de prensa» y a distancia, algo a lo que Aguiló ya está acostumbrado. «Ramis vivía en Madrid y yo estaba pegado al fax, la tecnología era prehistórica», recuerda. «Somos devoradores de información e intentamos ser editores gráficos», aseguran. Por ello, Aguiló le hace llegar la idea y el guion a Seguí por la tarde, entre las seis y las ocho. Después, es el turno de Seguí, quien asegura que tarda, como mucho, dos horas en dibujar la tira, que define como «un flash de impacto de quince segundos».

Por otra parte, el uso del catalán es también otra de las marcas de la casa desde el primer momento y, como apunta Aguiló, «es la sección más longeva que se publica en catalán de Balears». Como referentes, los autores señalan al histórico El Perich y otros más actuales, como Manel Fontdevila, Ferreres y Gallego & Rey, aunque de este último advierten que difieren en la línea ideológica.