Imagen tomada en 2014 del fotógrafo Robert Frank. | WALTER BIERI

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El fotógrafo Robert Frank ha muerto este lunes en un pueblo de Nueva Escocia (Canadá) a la edad de 94 años, tal y como ha confirmado su representante, según informa The New York Times, que recuerda que fue uno de los más influyentes el siglo XX.

Robert Frank, nacido en Suiza y llegado a Nueva York a los 23 años, alcanzó la fama a partir de su libro The Americans, una obra de fotografías en blanco y negro tomadas de sus viajes por el país a mediados de la década de 1950 y publicado en 1959.

Este volumen fue innovador por romper con los esquemas del fotoperiodismo de mitad de siglo XX, basados en imágenes nítidas, bien iluminadas y de composición clásica, ya fuera en el frente de batalla, el corazón estadounidense casero o las estrellas de cine en el ocio.

Por el contrario, las fotografías de Frank, que mostraban tipos solitarios, parejas de adolescentes, grupos en funerales y extrañas presencias de la vida cultural, eran cinematográficas, inmediatas, extravagantes y granuladas, como las primeras transmisiones televisivas de la época.

La crítica cultural Janet Malcolm llegó a definirlo como el «Manet de la nueva fotografía».

Mallorca

Frank viajó por Europa. Se instaló durante cuatro meses, en 1952, en Valencia. Elliot Erwitt lo inmortalizó en una bella imagen, bailando con su mujer Mary Lockspeiser en la cocina de su domicilio en la Malvarrosa. En 1951, Frank pasó por Mallorca y fotografió escenas cotidianas. El artista donó una obra, tomada en la Isla, de un hombre ocioso tumbado al lado de un cerdo, atado por una correa, a la colección MACBA, museo que presentó en Barcelona una gran retrospectiva del fotógrafo en 2004. Se conoce una imagen sin gente, de una mesa y una silla, tomada en Andratx en 1950. Ese año, visitó Ibiza, que fotografió desde un barco.

A partir de los años 70, Frank se dedicó principalmente al cine. Trabajó con Sam Shepard, William Borroughs y Allen Ginsberg. En 1972, filmó una gira de los Rolling Stones.