Capilla ardiente de Camilo Sesto, instalada en la sede de la SGA. | Ricardo Rubio - Europa Press

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Más de un millar de personas, entre anónimos y famosos, ha dicho adiós a Camilo Sesto este lunes en la capilla ardiente instalada en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), donde se ha destacado su buen humor, su talante pionero y su capacidad para trascender generaciones.

«Desde los años 70 es un mito de la canción melódica española y su música ha pervivido en las generaciones jóvenes», ha subrayado el ministro de Cultura, José Guirao, uno de los primeros en despedirse del músico, cantante y compositor alicantino, mientras ante los periodistas desfilaban coronas de flores como la enviada por «la familia Bosé».

Ha sido a diez minutos del mediodía cuando ha abierto sus puertas la capilla ardiente para que pasaran ante el féretro cerrado personas llegadas, en algunos casos, desde fuera de Madrid, como Carla y su madre, que tras viajar de noche en un autobús con origen en Barcelona encabezaban desde primera hora una larguísima cola cuyo final no se atisbaba a las puertas de la SGAE.

Capilla ardiente de Camilo Sesto

Eso es algo que ha destacado con «la piel de gallina» la presidenta de esta institución, la soprano Pilar Jurado, «en un país que no cuida lo suficiente a sus artistas al pasar su momento de gloria». «Se merece esto y mucho más», ha dicho, en alusión a sus 40 discos publicados, más de 100 millones de copias vendidas y 340 obras registradas.

De entre ellas, Victoria Rodríguez, una seguidora madrileña de 56 años, rememorará siempre «entre lágrimas» que «Perdóname» fue la canción que bailó por primera vez con su amor de juventud, mientras que Mireya y Juanjo, dos chicos de 18 y 22 años procedentes de Alcoy, localidad natal de Camilo Sesto, han justificado a Efe su asistencia a la capilla ardiente «porque hay que reconocer a los grandes».

«Era un chico muy completo», señalaba otra amante de su música, Ana Celaya, de 47 años, una de las numerosas asistentes latinoamericanas que han hecho cola ante la SGAE, algunas de los cuales han entrado entonando de viva voz temas como «Algo de mí», ante una pintada improvisada en los muros del edificio: «Camilo, siempre en el corazón».

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Entre los primeros rostros populares que han visitado el lugar, la periodista María Teresa Campos y las artistas Marian Conde y Encarnita Polo, quien ha recordado los viajes que hizo con el cantante y su «tremendo sentido del humor», una constante entre sus conocidos.

«Algo que mucha gente no sabía es que era un humorista excelente, siempre haciendo bromas, y que tenía un corazón tan grande como su voz», ha corroborado más tarde Juan Pardo, quien le ha deseado que «descanse en paz».

Capilla ardiente de Camilo Sesto

De su calidad como autor ha hablado el compositor y director de orquesta Luis Cobos. «Era un artista como la copa de un pino que abrió puertas tanto como Julio Iglesias o Paco de Lucía; un ejemplo de fertilidad y talento creativo cuyas composiciones no se parecen nada a las de otros artistas ni entre sí», ha dicho en una jornada que además ha visto pasar a la locutora Isabel Gemio y a los cantantes Karina y Emilio José.

«Era un ser maravilloso, un hombre humilde que nació, creció y murió por la música, que era su gran amor, ya que se ha discutido tanto quién era su amor», ha afirmado Marta Sánchez, muy emocionada y «orgullosísima» de haber podido participar en el último disco de su vida, «Camilo Sinfónico».

A su carácter «cariñoso, caritativo y solidario» se ha referido el padre Ángel, cuya iglesia está situada a pocos metros y fue escenario de una de las últimas apariciones públicas del artista, cuando vestido íntegramente de blanco presentó el tema que incluía la voz del papa Francisco bajo el título «Padre nuestro». «El Jesús Superstar estaba allí», ha rememorado.
Marta Rivera de la Cruz, consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid y miembro de la ejecutiva de Ciudadanos, ha destacado por su parte cómo «además de poner música a nuestras vidas, en una España triste en blanco y negro, se atrevió a traer un musical del otro lado, la modernidad, ahora que dicen que Madrid es un Broadway latino».

Su homólogo en la Comunitat Valenciana, Vicent Marzá, ha ensalzado la «sensibilidad que ha tenido siempre recordando sus orígenes» y ha anticipado que les gustaría rendirle homenaje en su tierra natal «para que todos sus paisanos puedan despedirse de él».