Las actividades se prolongarán hasta el próximo domingo 9 de junio. | Jaume Morey

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Libertad es la palabra clave que se repite en los últimos pregones de la Fira del Llibre de Palma. Libertad tanto a lo que la lectura respecta –el qué tipo o género de libros se consumen o dejan de consumir–, como también a los «presos políticos» y a la «censura».

Como maestra de Primaria –además de escritora y traductora– Elisabet Abeyà no fue menos y este viernes, en la inauguración de la 37 edición de la Fira –que sigue en el Passeig del Born y con las terrazas prácticamente llenas–, criticó que «continuamos conjugando el verbo leer en imperativo sobre todo en ámbitos escolares» y añadió que «leer es, seguramente, lo más importante que se aprende en las escuela».

También, como va siendo costumbre, antes de que la pregonera diera el sus a la Fira, la música despertaba el interés y curiosidad de los primeros visitantes, muchos de ellos extranjeros que se topaban con este despliegue de libros en el corazón de Ciutat por puro azar. En esta ocasión fueron los McAgon’Day Dixieband quienes animaron el caluroso ambiente, con el termómetro rozando los 23 grados a la sombra.

En su discurso, Abeyà destacó las posibilidades de viaje que ofrece la lectura, tanto espaciales como temporales, por ejemplo «estar en Palma con Cèlia Vinyes, en India con Arundhaty Roy, en Italia con Natalia Ginzburg o en Marruecos con Fátima Mernissi» o «en Israel del siglo XX con Amos Oz, en Holanda del XVII con Spinoza o en la India de hace 25 siglos con Upanishads».

Sin embargo, fue esa necesidad de libertad a la hora de leer lo que más insistió Abeyà. «No leer es una opción que, a veces, los lectores tendemos a menospreciar, pero es bien válida. No nos tenemos que sentir superiores porque leamos», advirtió la pregonera, quien también avisó que «actualmente parece que somos más libres para leer, pero solamente es en parte, pues estamos sujetos a las modas y a los dictados de los poderes neoliberales. Además, no todo el mundo puede escoger qué lee y dónde».

Aquí fue cuando Abeyà apeló a los «presos políticos catalanes», «personas cultas y pacíficas, privadas de libertad y de derechos» y les ‘animó’ a «hacer suyas las palabras de Virgina Woolf: ‘Cerrad nuestras bibliotecas si quieren; pero no hay puertas, ni cerradura, ni cerrojo que cierre la libertad de mi mente’».

Con buenas previsiones meteorológicas para todo el fin de semana, los libreros confían tener y hacer una buena Fira «no será por falta de novedades ni de libros interesantes», dijo Joana Berber, de Llibres Ramon Llull.

Las actividades continúan este sábado y se prolongarán hasta el próximo domingo 9 de junio, con talleres, presentaciones, firmas de libros y música para toda la familia, lectores y no lectores.