El cineasta mallorquín Agustí Villaronga, que ha presentado en el BCN Film Fest 'Nacido rey', un filme sobre la juventud del rey Faisal. | Efe

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El cineasta mallorquín Agustí Villaronga, que ha presentado en el BCN Film Fest Nacido rey, un filme sobre la juventud del rey Faisal, considera que la película «permite entender cómo se construyó la actual Arabia, sin ser una cinta política».

En una entrevista concedida a Efe, el también director de Pa negre remarca que su filme, producido por Andrés Vicente Gomez, es «una película blanca, no es política en el sentido de Costa-Gavras o 'El reino', de Rodrigo Sorogoyen».

El director la situaría en un mismo plano que un telefilme que rodó en 2012, Carta a Eva, en el que retrataba el viaje de Eva Perón a España, «una mujer que no venía de la política en ese momento y a la que mandan sin preparación a enfrentarse a Europa, en este caso a Franco».

Algo similar, añade Villaronga, le sucede al joven Faisal, un niño al que su padre envía a Londres para hablar con el rey y el gobierno británicos para mediar en el conflicto de Arabia. «Son viajes de iniciación, tanto en el caso del Faisal niño como en el de Eva. No es la gran política, sino la política chiquitita, la cocinita de la política».

Según Villaronga, Nacido rey permite entender muy bien «cómo se hicieron cosas que tuvieron consecuencias en el futuro, pero tampoco profundiza, porque no es el planteamiento del guión, pero seguro que despertará interés en alguien curioso por la historia».

El director mallorquín aceptó inicialmente este encargo, «radicalmente diferente de lo que había hecho hasta ahora,» con reticencias, «porque trataba de un país que no tiene hoy buena reputación».

El primer cambio fue el presupuesto, admite Villaronga, también porque no figura en el guión y porque salían «mundos exóticos», como Arabia Saudí o el Londres de los años 20, que es también para mí muy exótico».

Se resistió inicialmente a aceptar el encargo «por la fama del país y los derechos humanos», pero al comenzar a leer el guión se dio cuenta de que «era un tema muy nuevo, del que se conoce poco» y Ray Loriga, que figura en el guión, le acabó de convencer cuando le dijo que se trataba de la Arabia preconstitucional, cuando ni siquiera era un reino, sino que Saul, padre de Faisal, era un emir, exiliado en Kuwait.

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Abordó entonces el proyecto como una «aventura», la propia de un niño de 13 años a la Inglaterra de los años 20.

Curiosamente, en la película quienes salen peor parados son los ingleses: «Del mundo árabe de esa época conocemos lo que transmitió Lawrence de Arabia, que encabezó la revuelta árabe junto con Hussein de Jordania, pero, en realidad, las potencias europeas estaban manipulando a las tribus locales para aprovecharse de esas tierras, cuando todavía no había aparecido el petróleo».

Arabia, continúa Villaronga, estaba en mano de otomanos, alemanes e ingleses, y estos últimos suministraban armas a todas las tribus para que se pelearan entre ellas siguiendo una divisa que se repite a lo largo de la película, «divide y vencerás».

La experiencia del joven Faisal en Londres, sus encuentros con el rey Jorge V, el ministro de la Guerra, Winston Churchill, o Lawrence de Arabia, «dejó una base en el futuro rey Faisal, que durante un tiempo funciona en Arabia como ministro de exteriores y acabó siendo rey e hizo cosas notables, como las universidades para mujeres o provocó el primer conflicto por el petróleo para defender a los palestinos».

También desmitifica a personajes como Lawrence de Arabia, convertido en «un héroe emblemático» gracias a la película de David Lean, pero al que «aquí se le cuestionan muchas cosas, presentado como un manipulador de la revuelta a favor de los ingleses».

Trabajar con un reparto internacional de actores británicos ha sido para Villaronga «una maravilla» porque «son tan profesionales que ya en los primeros ensayos te dan buen material y entienden lo que les pides a la perfección».

Mayores dificultades encontró con los actores árabes, en su mayoría no profesionales, dado que «en Arabia Saudí no hay industria cinematográfica y es difícil encontrar actores; y también son muy exigentes con el acento local, además de ponerse muy pesados con el vestuario de la época».

Tras esta experiencia, Villaronga, que no se cierra a aceptar otro proyecto de estas dimensiones, ya tiene escrito el guión de «algo más pequeño, una comedia, que tampoco había rodado hasta ahora, que será salvaje y contemporánea, y en la que volverán a aparecer niños», un clásico en el cine del director.