La fiesta de los libros se ha inaugurado con música y con la apertura de alrededor de sesenta puestos de ventas. | Jaume Morey

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Para la mayoría de ciudadanos de a pie, Sant Jordi empieza sobre las diez u once de la mañana. Sin embargo, para los libreros, la jornada se inicia con los primeros destellos de sol, sobre las siete de la mañana, unos rayos que, este año, se han hecho de rogar tras una Setmana Santa en la que la lluvia se convirtió en protagonista y no auguraba un buen presagio. Pero las plegarias fueron escuchadas y el buen tiempo sonrió, una vez más, al Dia del Llibre, la cita más importante para los sectores librero y editorial.

Un Sant Jordi que, además, coincidía en esta ocasión con las vacaciones escolares. El Gremi de Llibreters ya contaba con este hecho y, por eso, decidió ampliar el programa de actividades para el público familiar. En este sentido, se organizaron varios cuentacuentos, como Viatge al món de n’Aina o Super Jordina, en clave de género, y de talleres.

«La gente está animada, hay muchas familias y parece que están comprando, además, también hay muchos viandantes que se pasean con flores, pues al estar incluidas dentro del recorrido no tienen que molestarse en bajar a la Rambla», señaló Maria Barceló, presidenta del Gremi de Llibreters y responsable de la librería Lluna. En concreto, fueron nueve las floristerías que participaron, consolidando así la relación entre ambos gremios.

Una de las principales novedades es que se añadió un tercer escenario –el de la Porta Pintada– a los ya tradicionales, Plaça Major –centrada en actividades de la Fundació Mallorca Literària– y Plaça de Cort –enfocada a la Institució Moll–. El primero de estos espacios aglutinó estos cuentacuentos y el show de Madò Pereta, los dos últimos albergaron varios conciertos y demás talleres, como un animado cercavila, titulado como McAgon’Day, a primera hora de la mañana; la Poetraca, con el dúo Jansky; Marga Rotger, con una sesión de micro abierto e improvisación, y Nou Romancer.

Otra cuestión a tener en cuenta es la proximidad de las elecciones generales, que se celebrarán este domingo. Ocasión que aprovecharon muchos partidos políticos para dar a conocer sus programas electorales, todos ellos juntos, pero no revueltos, en Plaça d’Espanya.

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Al caer la tarde, las calles se vaciaron cuando los curiosos se marcharon a comer. Hasta las cinco de la tarde, aproximadamente, la marabunta de gente volvió a tomar el recorrido.

Muchos turistas se unieron a la fauna local, atraídos por la inmensa cantidad de libros y estands presentes.

«El día ha acompañado, lo que ha llevado a mucha gente a acercarse a este Dia del Llibre. Sant Jordi, a no ser que se de una jornada lluviosa y de mal tiempo, siempre funciona», sostuvo Maria Barceló, quien, por la tarde, destacó «la presencia de numerosas familias; no ha habido tantos escolares pero, en cambio, muchos padres han traído a los más pequeños».

La presidenta de los libreros señaló que, entre los volúmenes más vendidos, figuraron «la primera novela de Laura Gost, la última de José Carlos Llop; L’illa, el far, el vent, de Josep Manuel Vidal-Illanes, el cual se ha agotado, y Sakura, de Matilde Asensi».

Por otra parte, Miquel Ferrer, de la librería Rata Corner, coincidió con Barceló en el balance del día: «Ha sido una jornada muy satisfactoria. Por la mañana, se ha llenado de lectores y curiosos y, por la tarde, de gente que quería salir a dar un paseo. Algunos de los libros más solicitados han sido [además de los ya citados], el último de Sebastià Portell, Ariel i els cossos, y, en el ámbito nacional, Los asquerosos, de Santiago Lorenzo, que es todo un fenómeno».