Joan Ramon Bonet, junto a un retrato de Lourdes Sampol (1988), en Can Prunera. | Teresa Ayuga

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«En La mirada del fotògraf retrato mi mirada hacia mis amigos artistas más íntimos. Es mi mirada sobre la mirada del creador sobre su obra», detalla Joan Ramon Bonet (Palma, 1944), que inaugura este jueves esta exposición, a las 19.00 horas, en el Museu Modernista Can Prunera de Sóller y que podrá verse hasta el próximo 12 de agosto.

Entre estos artistas se encuentran Ellis Jacobson, Pere Pavia, Josep Guinovart, Manuel H. Mompó, Mati Klarwein, Andreu Terrades, Pep Llambies, Rafa Forteza, Margalida Escalas y Lourdes Sampol.

Según Bonet, Mati Klarwein (Hamburgo, 1932) fue «uno de los grandes pintores que pasó por Mallorca». Klarwein era conocido especialmente por sus trabajos para portadas de álbumes musicales, concretamente, apunta Bonet, por la portada del disco más importante de Santana: Abraxas.

Otro gran artista extranjero que se instaló en la Isla y que aparece en la exposición de Bonet es Ellis Jacobson (San Diego, California, 1925).

Por otra parte, un aspecto a destacar de la muestra es que, además de las fotografías de Bonet en las que retrata al artista mirando su obra –en la gran mayoría de los casos–, también se exhiben las piezas que aparecen en la imagen o algún trabajo representativo del creador fotografiado. Miradas dentro de miradas, en un diálogo armónico, como si de un bucle o círculo vicioso se tratara.

«En un momento dado, cuando la obra sale del taller o del estudio del artista, pieza y artífice se divorcian. Existe un diálogo entre autor y obra hasta que se separan. Aquí recupero esa ‘conversación’», justifica Bonet.

Lourdes Sampol y Margalida Escalas son las únicas mujeres que aparecen en la muestra, aunque Bonet insiste en que «tenemos muy buenas artistas mujeres».

«Escalas, por ejemplo, es, para mí, una de las ceramistas más importantes del mundo. Durante siglos los buenos ceramistas eran los que hacían piezas uniformes y, encima, las decoraban», cuenta Bonet. «Pero con su trabajo Escalas, además, reinventa las formas», añade Bonet, que siempre toma sus fotografías en blanco y negro. En cuanto a este asunto, el creador alega que «no me interesa el color, que es una pseudoimitación». Sin embargo, advierte que «eso no quiere decir que no me gusten las fotografías a color. Toni Catany, por ejemplo, tenía un gran dominio del color y una sensibilidad maravillosa».