Miles de personas aprovecharon la Nit de l'Art para disfrutar de arte en Palma. | P. Pellicer

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La Nit de l?Art arrancó «pronto y potente». Así lo describían algunos galeristas de Ciutat, pues, poco después de dar las campanadas de las siete, las calles de Palma se abarrotaron de transeúntes que querían aprovechar al máximo la única velada del año donde el arte está en el punto de mira. Las cálidas temperaturas, y sumado el hecho de que era sábado por la noche, fue un aliciente para que las familias salieran de sus casas para encontrarse con conocidos y amigos. Más de 50 propuestas, con la pintura como máxima protagonista, nutrieron la edición de este año.

Además de las masas recorriendo las vías ?muchas de ellas despejadas de tráfico?, el 21 asalto de la Nit de l?Art estuvo marcado, sobre todo en su inicio, por el tinte político. Como marcaba la tradición, la comitiva institucional se encontró en el Casal Solleric, que solía ser el punto de partida. Sin embargo, este año hubo otros dos frentes abiertos: el Centre de Cultura Sa Nostra y el Centre Cultural La Misericòrdia, con la presidenta Francina Armengol marcando el paso junto a consellers como Fanny Tur, titular de Cultura que debutó en el evento. Así, las autoridades iban de aquí para allá entre risas y selfis, quedándose artistas y galeristas, los protagonistas, en un segundo plano en ocasiones.

En La Misericòrdia, una de sus primeras paradas, se exhibía Present Immediat, una retrospectiva de los últimos quince años, desde 2002 hasta la actualidad, de los certámenes municipales de artes plásticas y visuales. También Art Forana, con los proyectos de tres galerías de otras localidades: el CCCA Andratx, con obra de Josep Santamaria; el Espai d?Art B2 de Sóller, con Bettina Bachem; y Dionís Bennàssar de Pollença, con Jorge Azri.

Después, el itinerario continuó en el Solleric, donde se dieron cita miembros de la mayoría de colores políticos del Ajuntament, y algunos del Govern, entre ellos, el alcalde, Antoni Noguera, y el vicepresidente y conseller de Turisme, Biel Barceló. En el patio lucía un juego de luces de Equipo Mártir con una creación musical de la mano del dúo Jansky.

Casualmente, a pocos metros de allí, la manifestación contra la masificación turística se hacía notar, aunque en ningún momento la protesta alcanzó el espacio artístico, donde se pudo ver obra Dolores Sampol, Andres Senra, Carmela García, Pepe Miralles y Fernando Sánchez Castillo. «Han sido respetuosos con la Nit de l?Art, aunque no puedo evitar sentirme decepcionado porque es una noche en la que debería hablarse solamente de arte», señaló Frederic Pinya, presidente de Art Palma y responsable de Pelaires Centre Cultural Contemporani, quien hizo un «balance positivo» de la jornada, en la que «el arte es el protagonista y, el público, el segundo actor». Allí se estrenó en España el artista Carlos Amorales, con las obras de Partituras para instrumentos de percusión, y también se proyectó Fantasía de Orellana. En la misma calle Verí, a pocos metros, La Caja Blanca desveló la obra de Yara El-Sherbini y Samira Eskandarfar.

Nit de l'Art 2017

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Concurrido

Uno de los centros más concurridos y animados fue Gerhardt Braun Gallery, en Sant Feliu, con sesión de DJ para amenizar la velada. Se vieron dos muestras de dos jóvenes artistas con apuestas coloristas: Nana Mandl y Ela Fidalgo. En la misma calle, la galería Kewenig recuperó al pintor A.R. Penck, fallecido este mayo.

La estrecha Sant Jaume quedaba pequeña entre el gentío, pues allí conviven la galerías Xavier Fiol ?quien se encontraba en la feria Estampa de Madrid?, y Pep Llabrés Art Contemporani. La primera albergó una «exposición muy viva, caótica, de un espacio festivo que invita a mirar y a participar», definía su directora, Concha Henales. «Hay menos gente que el año pasado, pero eso se agradece, porque la gente viene de forma más ordenada y, los que vienen, muestran auténtico interés en ver las obras que exponemos», añadió. Por su parte, el espacio de Pep Llabrés, abarrotado por el público, presentó Línea, una propuesta a seis manos y a cargo de Robert Ferrer, Carlos Gañán y Carlos Cartaxo. El galertista celebró el carácter «multitudinario» de la fiesta, «porque la Nit de l?Art es eso, gente, y así ha sido».

Continuando el recorrido, en la Plaça Drassana, la galería Horrach Moyà pisó sobre seguro con una propuesta muy audiovisual y con glamour, con The freeing series, de Marina Abramovic, pese a que ésta se inauguró hace ya algunos meses con gran expectación y éxito de convocatoria.

La música regresó de nuevo al programa oficial gracias a una colaboración de la organización de la Nit de l?Art, la asociación Art Palma, con el Govern y la Fira B!. Fue en Pelaires, con El Dia eléctrico y Bearoid. Hubo más, Tito Soler, junto a Gemma Humet, celebró 50 años sobre los escenarios en el Col·legi d?Arquitectes. Esta ?vuelta? animó aún más a pasear por las galerías o saborear platos y bebidas en las terrazas, en una noche que se prolongó hasta la medianoche.