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La Academia del Cine Español ha dado a conocer este jueves las tres películas españolas precandidatas a los Premios Oscar. Verano 1993, de Carla Simón; Abracadabra, del consagrado director Pablo Berger; y 1898. Los últimos de Filipinas, de Salvador Calvo, han sido las producciones más votadas por los miembros de la Academia, entre los 42 largometrajes estrenados entre el 1 de octubre de 2016 y el 30 de septiembre de 2017, según ha informado la directora de la institución, Yvonne Blake.

La Academia revelará el próximo 7 de septiembre el título de la película que será candidata para representar al cine español en Hollywood. Después será la Academia estadounidense la que haga su preselección de candidatos al Oscar a la película de habla no inglesa.

Abracadabra, de Pablo Berger, que está recién estrenada y con buenos datos de taquilla, es claramente la apuesta más arriesgada de los académicos, no sólo porque se trata de una comedia, sino por el carácter abiertamente surrealista o «hipnótica» de la cinta.

Cuenta la historia de un hombre que acaba siendo poseído por un espíritu durante una sesión de hipnosis «chusquera» con la que el invitado a una boda quiere amenizar a los invitados. «Estoy muy contento porque la palabra 'Oscar' es un imán para el público y al final, los directores lo que queremos es llegar al mayor número de gente posible», ha dicho Berger.

De la misma opinión es Salvador Calvo, director de Los últimos de Filipinas, que ha contado en la sede de la Academia cómo su cinta, después de recaudar más de dos millones de euros en taquilla, está ahora en la plataforma online Netflix y «pronto se emitirá en Televisión Española».

«Es un placer, un honor, que la hayan preseleccionado, cuanto más que es una ópera prima», ha dicho Calvo, que ha visto y admira -«son dos peliculones», ha dicho- las otras competidoras en esta preselección.

1898. Los últimos de Filipinas es una película histórica basada en la resistencia que opuso el último destacamento español en la colonia de Filipinas, en el pueblo de Baler, a los revolucionarios locales durante 337 días.

Calvo ha contado que la cinta ha tenido muy buena acogida en EEUU, y que gustó mucho en Cuba, donde, incluso, la pasaron por la televisión nacional.

También en la sede de la calle Zurbano estuvo una de las productoras ejecutivas de Verano de 1993, María Zamora (Avalon), en ausencia de la directora de la cinta, Carla Simón, de promoción en varios festivales de Latinoamérica, ha explicado que la película «sorprendió muchísimo» a los académicos, ya el día de su presentación.

«Es una película que transmite mucha verdad, lo que no ocurre con tantas. La Academia la acogió con sorpresa y les gustó mucho, no se esperaban una película tan bonita y tan bien contada, tan pequeñita», ha considerado.

Verano 1993 cuenta la historia autobiográfica de la propia directora; unos días en el verano de aquel año en el que una niña debe trasladarse a vivir al campo con su tío, la esposa de éste y su pequeña hija tras la muerte de sus padres a causa del sida.

Zamora ha explicado que, además de los premios internacionales, entre los que se cuenta a la mejor ópera prima de la pasada Berlinale, la película logró recaudar más el segundo fin de semana de exhibición que el primero, algo también insólito y que demuestra «que ha funcionado el boca oreja».

Hasta hoy, la cinta ha sido vista por unos 80.000 espectadores, y sigue proyectándose en treinta salas.

«Estamos también sorprendidos de la internacionalidad Verano 1993, que ha recolectado más de 30.000 espectadores en Francia y se va a estrenar en Holanda, Bélgica y EEUU.

Este jueves, Carla Simón defiende su cinta en Chile y ya ha sido vendida en Argentina, Colombia y México; después, irá al festival de Londres y pasará por Made in Spain, de San Sebastián.