El concierto del grupo Nou Romancer. | Pilar Pellicer

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Los más pequeños de la casa son, a diferencia de sus progenitores, los más madrugadores. Por eso, la Fira del Llibre inició este sábado su primer fin de semana en el Passeig del Born de Palma con el cuentacuentos El meu país Burundi, a cargo de Veïns Sense Fronteres. Y mientras algunos padres y madres les acompañaron en esos mágicos viajes que son los relatos infantiles, otros hojeaban libros en los diferentes expositores o combatían el cansancio de toda una semana de trabajo en las terrazas que, por primera vez, conviven con los libros.

La coordinadora del evento, Lola Fernández, del espacio Los Oficios Terrestres, aún asimilaba el «subidón» que supuso el pregón del escritor Carles Rebassa: «Fue muy estimulante». Sobre las terrazas, una de las novedades de esta 35 edición, expresó que «estamos muy cómodamente, en amor y compañía; las terrazas se han convertido en un complemento para la Fira, pero siempre al servicio de los libreros, que somos los organizadores ». En cuanto a las expectativas de este año, «esperamos mantener el éxito».