La escritora Maria Antònia Oliver participó en la lectura colectiva de un largo poema de su marido, el fallecido Jaume Fuster, que ahora se ha recuperado y publicado. | Carles Domènec

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En el primer día del festival Barcelona Poesia, que cerró esta semana después de 27 actividades en 12 espacios de la ciudad y con 50 participantes, lo advertía el teniente alcalde Jaume Collboni: «Esta cita va a tener este año acento mallorquín». Y es que han sido protagonistas Pau Vadell, Sebastià Portell, Sebastià Alzamora, Josep Lluís Aguiló, Miquel Àngel Llauger, Joan Miquel Oliver, Maria Antònia Oliver, Lucia Pietrelli y Jaume C. Pons Alorda.
De manera especial, destacó Pau Vadell, ganador por unanimidad del Premi Jocs Florals por el poemario Esquenes vinclades, arropado por Jaume C. Pons Alorda, que habló en nombre del jurado del galardón, y Lucia Pietrelli, que resumió el estilo apasionado de Vadell.

Entre el público asistente al Saló de Cent, se encontraba Sebastià Portell, cronista oficial del festival. Portell estaba nervioso porque dos horas más tarde estrenaba en el Born Centre de Cultura i Memòria como director, el montaje Variacions sobre el amor suprem, basado en música de John Coltrane. «Es una especie de misa negra», apuntó.

En el patio del Museu Frederic Marès, Sebastià Alzamora leyó fragmentos de La netedat, su último libro de poesía, acompañado en el escenario por el músico Joan Miquel Oliver, quien añadió al recital letras del disco Atlantis. Miquel Àngel Llauger presentó algunos poemas inéditos y otros de Zooscòpia (Blind Books). El autor acaba de traducir, a cuatro manos con Jaume Subirana, una antología del norteamericano Ted Kooser que edita El Gall en una edición bilingüe. En el mismo escenario, Maria Antònia Oliver asistió a la lectura colectiva de Poema dit de la Redempció (Meteora, 1967), que incluye 900 versos que Jaume Fuster escribió a los 22 años. También Josep Lluís Aguiló dio a conocer Banderes dins la mar (Colección Visor de Poesía).