Vista general de la estancia el ‘Lligador’ y de las pinturas murales del techo. | Joan Torres

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El Lligador de la planta noble del Casal Solleric de Palma se adaptó hace ya años como almacén de publicaciones; una sala privilegiada para catálogos, libros o informes por sus vistas al único mural del último tercio del siglo XVIII que se conserva en Mallorca e inaccesible para el visitante. Sobre esta sala, en una planta superior, se instaló la maquinaria de los aires acondicionados, que fallaron, filtraron agua y terminaron dañando las pinturas del techo.

El problema se detectó en la pasada legislatura, pero la única medida que se tomó fue sacar los libros. Cort hace frente ahora a la recuperación de esta obra y su objetivo es que, una vez restaurada, el Lligador se abra al público.

El aspecto del mural hace unos meses era «deprimente», valora Francesca Niell, directora general de Cultura del Ajuntament de Palma, y una parte destacable se ha perdido, aunque se estudiará si es conveniente o no la reintegración de la pintura que falta.

El Ajuntament destinará un total de 60.000 euros a la recuperación de esta obra de autoría desconocida.