Imagen de un concierto ofrecido por la Orquestra Simfònica de Balears en el Principal en mayo de 2013. | Joan Torres

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El Teatre Principal de Palma albergará el Concierto de Fin de Año a cargo de la Orquesta Sinfónica de Baleares (OSIB), cuyo repertorio estará integrado por las piezas tradicionales vienesas alternándose con zarzuela y grandes clásicos.

El director artístico de la OSIB, Pablo Mielgo, ha destacado «la importancia de que la Orquesta, por primera vez en su historia, organice un concierto tan popular y con tanto cariz social».

Cabe recordar que, hasta este año, el concierto de Fin de Año de la OSIB estaba a cargo de un promotor privado. El Patronato de la Fundación define la tipología de conciertos extraordinarios que la orquesta tiene que atender con criterios de interés general. De esta manera, el concierto de Fin de Año pasa a ser de iniciativa pública y participan el Govern, a través de la Dirección General de Cultura, y el Consell de Mallorca, a través de la Fundación Teatre Principal de Palma.

Los supuestos bajo los cuales la OSIB podría llevar a cabo conciertos extraordinarios son que se incluya el concierto en una cuota de patrocinio, que sea un acto de cariz benéfico para instituciones sin ánimo de lucro y finalidades sociales, remunerados según el sello establecido, en el caso de suponer presencia institucional, y bajo un beneficio de imagen contrastado.

El conseller de Cultura del Consell de Mallorca, Francesc Miralles, ha asegurado que «es una buena noticia el hecho de poder ofrecer al ciudadano un espacio y una actividad con vocación de servicio público. Es un buen ejemplo de colaboración entre el Consell y el Govern, un camino que ya hemos iniciado y que esperamos ampliar con otras actividades que sean, al fin y al cabo, en beneficio y provecho de la ciudadanía».

El director general de Cultura, Jaume Gomila, ha considerado que «la OSIB está empezando uno de sus periodos creativos más brillantes por dos motivos: por la sensibilidad que los músicos muestran en cada concierto y por el proceso de internacionalización, como se ha podido ver con la acogida que recibió en Zurich el pasado día 24 y que seguirá durando el próximo año. El hecho de que este concierto sea de nuevo de naturaleza pública supone el retorno de un bien cultural a la ciudadanía.»