El escritor Jeffrey Archer, fotografiado en el jardín de su casa con vistas al mar de sa Torre, cerca de Llucmajor. | Pere Bota

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Jeffrey Archer es un perfecto caballero inglés: elegante, educado y con un humor irónico que, en ocasiones, puede hacerle parecer algo pagado de sí mismo.

Su residencia en Mallorca, situada en la urbanización de sa Torre, recibe el sarcástico nombre de Writer’s Block (expresión inglesa que hace referencia al síndrome de la página en blanco), dado que Archer asegura que nunca ha tenido «un bloqueo de creatividad. Me vienen historias cada día, es un don de Dios».

Quien fuera político inglés junto a Margaret Thatcher, autor de éxito con novelas como Kane y Abel y encarcelado durante dos años por fraude, publica ahora el primer tomo de su nueva saga, Sólo el tiempo lo dirá. En ella cuenta la aventura épica de Harry Clifton, un muchacho que apenas conoció a su padre y que deberá hacer frente a multitud de secretos.

Sobre el plagio digital, Archer afirma que: « el problema de la piratería es algo de lo que se ocupan mis editores, yo solo quiero ser leído. Tengo todo lo que quiero en la vida, lo único que deseo ahora es que me lean. Daría mis libros gratis si pudiera».

Archer vive con los ojos puestos en el futuro: «quiero acabar esta saga y luego escribir doce relatos cortos. Después, afrontaré el reto más grande de mi vida; solo tengo que asegurarme de vivir lo suficiente para terminarlo. Será una saga basada en una idea muy grande. Mentalmente estoy ocupado hasta los 80, y después seré presidente de España. Así descansaré con un trabajo fácil».