Imagen del estand del Gremi d’Editors de Balears en la feria Liber, una de las citas literarias en las que participaba anualmente la entidad. | Carles Domènec

TW
3

La quiebra del Espai Mallorca de Barcelona en el año 2012, entonces gestionado por el Gremi d’Editors de Balears y el Consell y ahora coordinado por una asociación ciudadana, marcó un antes y un después en la trayectoria de la primera entidad. Con el agua hasta el cuello y con serios problemas económicos, poco después de aquel incidente, el gremio entró en suspensión de pagos y liquidación.

Ahora, tres años más tarde, un pequeño grupo de sellos «supervivientes» –Lleonard Muntaner, El Gall Editor, Documenta Balear, Olañeta y El Tall– trabaja para «relanzar» su actividad conjunta, una reactivación «muy necesaria» que Lleonard Muntaner cree que será «inminente». Entre sus planes inmediatos, recuperar el suport genèric y volver al Espai Mallorca de la Ciudad Condal.

Aunque este proyecto aún se está gestando, el editor Lleonard Muntaner tiene muy claro que «es mejor estar juntos que separados, la unión hace la fuerza, nosotros nos tenemos que presentar con una sola voz porque tenemos los mismos problemas». De esta manera quieren ganar «visibilidad» y tener «representación ante las instituciones».

Con la crisis azotando con fuerza al inicio de la presente legislatura, la política cultural del Partido Popular fue un agravante para la «extinción» del Gremi d’Editors de Balears: El Consell suprimió el suport genèric –acuerdo que implicaba la compra de un número determinado de publicaciones en catalán por parte de la institución insular para su divulgación– y eliminó también las ayudas para los libros de especial interés cultural, entre otras subvenciones. Como consecuencia, además, a lo largo de estos años, el número de miembros del Gremi se ha reducido considerablemente, pasando de catorce a tan solo cuatro, y «se han cerrado muchas editoriales», lamenta Gracià Sánchez, de El Gall Editor.

En este contexto, entre las líneas en las que quiere trabajar este nuevo organismo figuran, primero, «recuperar el suport genèric», así como ayudas para la edición de libros de especial interés y traducciones. También buscan volver a jugar un papel en el renovado Espai Mallorca, «en realidad nunca hemos dejado de trabajar con ellos, allí se presentan libros y tenemos muy buena relación», explica Muntaner. También quieren dotar de contenido a espacios cerrados en esta legislatura, como el local del Espai Illes en la Plaça Santa Eulàlia, o el que ocupaba Illa de Llibres en La Misericòrdia.