Las actrices de 'Tuppersex' Alicia González Laá y Gretel Stuyck, frente al Auditòrium. | Miquel Àngel Canals

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La empresa My Secret Flower está en pleno proceso de expansión económica y, por esa razón, ha decidido impartir un Curso de Formación para Asesoras de Tuppersex, con la intención de encontrar vendedoras de juguetes eróticos. Ese es el punto de partida de la comedia teatral Tuppersex, que ha elegido la Sala Mozart del Auditòrium de Palma para congregar a todos los aspirantes a este singular puesto de trabajo. La primera sesión fue este miércoles, y continuarán hasta el próximo 3 de mayo.

«El público representará el papel de candidatos al empleo», explica Alicia González Laá, actriz en la obra junto a Gretel Stuyck. «Pero que no se preocupen, no hacemos que nadie suba al escenario. Simplemente hemos eliminado la cuarta pared», asegura su compañera. La primera interpreta a la dueña de la empresa, una mujer de «familia bien» que trata de «revestir todo ese mundo de un tono serio y académico», mientras que la segunda es «la típica mujer que ves en los reality shows y crees que no existe, pero sí», comenta Stuyck. «Es una tía hecha a sí misma, de clase baja, pero currante», añade.

El conflicto se presenta cuando la sexóloga que debe impartir el curso no puede asistir, y en su lugar se presenta su peluquera. «El público tiende a reírse de mí, por ser más reservada, y a identificarse con el personaje de Gretel», admite González. Tuppersex se encarga, además, de «poner en evidencia los tabús que todavía existen respecto el sexo», señala Stuyck.