«La materia, el instrumento, me dicta la técnica, un medio para dar vida a una cosa. En mi pintura, una pequeña línea con una forma gruesa al final es un imprevisto, yo soy el primer sorprendido». Así se refería Joan Miró a la importancia de la experimentación con la materia en su obra y sobre la libertad y los efectos de la creación artística.
Esta es, precisamente, la razón de ser de la exposición La fuerza de la materia, que se inauguró hace unas semanas en Santiago de Chile, en el Centro Cultural de la Fundación CorpArtes. Un total de 112 piezas –llegadas al país latinoamericano gracias a un préstamo de Successió Miró– que han sido recibidas de manera «excelente», según se desprende de los medios de comunicación chilenos.
Diarios como La Información, El Mercurio o La Tercera destacan la «grandiosidad» de esta propuesta expositiva, que traslada a la capital de Chile la «genialidad» de Joan Miró, además de indagar la relación de éste con Chile, como, por ejemplo, la «longeva y singular relación» con personalidades del país, «desde el poeta Pablo Neruda hasta el expresidente Salvador Allende, que se cruzaron en la vida del pintor». Durante la presentación de La fuerza de la materia, Joan Punyet Miró, nieto del artista, afirmó que «la relación que tuvo mi abuelo con Chile fue muy longeva; empezó muy pronto y acabó con la gran aportación que hizo al museo de la solidaridad, y eso siempre vinculó a Miró con Chile».
Joan Miró. La fuerza de la materia
es la segunda exposición que la Fundació Joan Miró organiza en Chile, pues entre febrero y abril de 1998, el Centro Cultural Viña del Mar acogió la muestra Joan Miró. Imaginación y color, con 144 obras gráficas del artista, cedidas por la Fundació Miró de Barcelona.
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