Una instantánea tomada ayer en la Sala de Lectura, situada en la segunda planta de la Biblioteca Can Sales.

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«Es penoso. Que una biblioteca bastante bien ubicada, céntrica, tenga que cerrar su segunda planta por las tardes es penoso». Son palabras de Álvaro Pérez, usuario habitual de Can Sales, afectado, como otros tantos, por la reducción de horarios de la Sala de Investigación y Lectura del centro a partir de septiembre. La biblioteca acusa la falta de recursos humanos, técnicos y económicos.

Álvaro Pérez se seca el sudor de la frente. Hay cinco ventiladores en la segunda planta y algunos, incluso, están estropeados y no rotan. Escupen aire en tan sólo una dirección. «Sufres bastante. Vengo cada día y ponerme a estudiar con tanto calor y sin toma de aire es duro», continúa este estudiante de Ingeniería de Edificación en la Universitat de les Illes Balears (UIB).

Conselleria

La Conselleria d’Educació i Cultura, mediante su página de Twitter, anunció ayer que revisará el horario y restaurará los servicios a medida que se cubran las plazas. Tal y como adelantó este periódico, el secretario autonómico de Cultura, Guillem Estarellas, informó de que se cubrirán cinco plazas en Can Sales. No son puestos «laborales, sino cubiertos por funcionarios y los concursos llevan su proceso», dijo Estarellas.

A partir del 1 de septiembre, la segunda planta de Can Sales sólo abrirá por las mañanas, de 8.30 a 15.00 y los sábados de 9.30 a 14.00.

Juan Bautista acude a menudo a Can Sales. Hojea un periódico en la planta baja y amontona encima de la mesa varios libros que ha encontrado. «En cuanto a servicio de préstamo y variedad de revistas la considero excelente. El fallo es que es muy ruidosa», apunta. Que en verano únicamente abra por la mañana no le parece un inconveniente. «La afluencia de público no es tan grande como en invierno». La falta de climatización sí que es otro de los aspectos que propone subsanar. «Hay días que hace bastante calor, hoy mismo se está notando», afirma Bautista. El termómetro marca 28 grados y hace un día parcialmente nublado.

El cierre de la Sala de Investigación y Lectura de la Biblioteca Can Sales debería responder, según Juan Bautista, a una cuestión estadística. «Prescindir de personal para su funcionamiento si no hay gente no me parece mal. Habría que hacer estadísticas de público».

Otro habitual de Can Sales, Ramón Arias, protesta por su funcionamiento. «Va muy mal, pero ya hace mucho tiempo que se ha ido degradando. El personal es agradable, aunque muchos sean provisionales», explica Arias, quien hace un año que ya no coge películas por falta de novedades. «También agradecería que hubieran periódicos por duplicado», añade. Cita otras bibliotecas como la de Cort o la Misericòrdia como ejemplares.