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El yacimiento del islote de na Galera, situado en la bahía de Palma, se revela como una fuente de información única sobre los púnicoebusitanos. De momento, los expertos ya tienen claro que se trata de un recinto ceremonial en el que, probablemente, los barcos que viajaban desde Eivissa hacían ofrendas para tener una buena travesía. El último hallazgo es una urna funeraria con restos óseos humanos cremados.

El pasado mes de junio, los arqueólogos y voluntarios que participan en la excavación, codirigida por Ramón Martín y Jorge Argüello, descubrieron un pozo «totalmente sellado por arena y sillares perfectamente colocados en diferentes capas, y en una de las esquinas del mismo apareció una urna funeraria que contenía restos de huesos humanos y cenizas que pertenecían a un adulto», apunta Martín.

Lejos quedan aquellas primeras teorías de 2012, cuando apenas comenzaba la excavación, en las que el equipo pensaba que el islote habría servido como lugar de aprovisionamiento a las naves. El trabajo de campo ha ido dando otros resultados: «Todo ha cambiado mucho».

Según Martín, la citada urna es una pieza de tipología Eb69, de la segunda mitad del siglo III antes de Cristo, «con lo que podemos decir que la misma tuvo una función ritual, ceremonial». Esta cerámica ha resultado una interesante sorpresa. «Es la primera urna funeraria [de la época] encontrada fuera de Eivissa».

Pero este pequeño islote de unos 1.200 metros cuadrados, situado en la zona de Can Pastilla, aún escondía más información arqueológica, como la existencia de la base de un templo formado por dos edificios. El primero lo han datado en el siglo IV antes de Cristo (a. C.), mide 5 x 5 metros y fue destruido durante la primera guerra púnica, un siglo después. Posteriormente, fue reconstruido y se le añadió otro que lo rodeaba a modo de cierre religioso, denominado tremenos , y que mide 10 x 10 metros. Fue precisamente en el nivel de esta destrucción donde apareció el pozo que contenía la urna, que en la base lleva grabada la inscripción bet , que corresponde a la letra 'b' del alfabeto fenicio.

El arqueólogo apunta que, en la actualidad, en el otro pozo cisterna «estamos encontrando una cantidad grande de huesos de pájaros», lo que les plantea otro enigma «porque unos cuantos pájaros pueden caer, pero tantos...». También sale mucha cerámica.