El cantautor Jaime Anglada, que actúa el día 11, posó para este periódico, ayer en el Passeig Mallorca de Palma. | P. Pellicer

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Todavía no puede confirmar quién constará en la alineación titular de la orquesta de 30 músicos que le respaldará sobre la tarima. Es responsabilidad del director Miquel Àngel Aguiló, que dicta la convocatoria mañana. Jaime Anglada (Palma, 1972) no ha vuelto a interpretar Temposinfónico en un escenario desde el debut del álbum, junto a la Simfònica, el pasado 23 de enero, cuando frente a él apenas hubo localidades vacías en el Auditòrium de Palma. El 11 de mayo en la iglesia Nostra Sra. De Robines (Binissalem), en un concierto a beneficio de la Associació Amics de la Infància, no contará con la Simfònica –por motivos de agenda– pero sí con su banda.

Desde aquel estreno fulgurante en el Auditòrium, el rockero ha estado escuchando el material «para corregir cosas» de cara a la actuación citada, dentro del programa de los Wine Days que organiza Denominació d’Origen Binissalem.

Temposinfónico, el sexto trabajo del cantautor, que revisa sus canciones para dotarlas de una dimensión sinfónica, es inconcebible sin el acompañamiento de una orquesta de un mínimo de 25 o 30 músicos. A pesar de la dificultad que supone exportar un proyecto como este a la Península, la intención de Anglada es «ir en octubre o noviembre a Madrid de nuevo con Oris [patrocinador del disco]».

Que haya elegido la Capital como destino de un posible show no es casualidad. Le dedica un tema inédito, como a Palma. Aunque también es dueño de un corte titulado Barcelona que no incluye. «Las ciudades, para mí, son como esas mujeres que amas y que solo puedes escribirles una canción y quererlas en sueños», asevera.

Sin Oris no hubiera sido posible la experiencia sinfónica de Jaime Anglada, agradecido porque hayan creído en él. «Llevar un sponsor significa que yo no puedo sufragar los gastos de un disco que se llama Temposinfónico. Las discográficas, a día de hoy, no ponen ni un duro a no ser que sea rentable. No hay apuesta», apostilla. ¿Y usted es rentable? «Pues no lo sé, Jaime Anglada es un riesgo».