El ministro de cultural italiano, Dario Franceschini (izda), y el brigadier general de cultura de los Carabinieri, Mariano Mossa (dcha), descubren dos pinturas de Paul Gauguin y Pierre Bonnard hallados tras su robo en los años 70. | CLAUDIO ONORATI

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Una obra del pintor post-impresionista francés Paul Gaugin, robada en el Reino Unido en 1970, ha sido hallada colgada en la cocina de un operario de fábrica retirado de Sicilia, según ha informado la policía italiana.

Además, el jubiliado poseía también un cuadro de Pierre Bonnard, otro señalado artista de finales del XIX, que al parecer compró junto con el Gaugin en 1975 por tan sólo 23 euros.

El óleo de éste último, que la Policía valora entre los 10 y los 30 millones de euros, es muy diferente a las pinturas coloristas que el pintor realizó en Tahití tras abandonar Europa en la década de 1890. Concretamente, el cuadro es un bodegón con dos cuencos de fruta sobre una mesa cubierta con un mantel y un perro durmiendo en el suelo. Fechada y firmada en 1889, está dedicada "a la condesa N".

El Bonard, también firmado, es un retrato de una niña pequeña vestida de blanco y sentada en lo que parece un huerto.

"Estas dos obras maestras tienen historias únicas e inimaginables", ha asegurado el ministro de Cultura italiano, Dario Franceschini.

Robadas, abandonadas y subastadas

Los dos cuadros fueron robados en Londres y encontrados en un tren la ciudad del norte de Italia de Turín, donde sus ladrones los abandonaron aparentemente debido a algún tipo de control fronterizo o de otro tipo, según las especulaciones de los Carabinieri.

Las pinturas fueron halladas por trabajadores del ferrocarril, trasaladándolas a un depósito de objetos perdidos. Sin conocer su valor, la compañía estatal de ferrocarril las vendió posteriormente en una subasta al operario de fábrica, que no ha sido identificado.

El hombre aseguró a la policía que compró los cuadros porque ama el arte y los colgó en la cocina, primero en Turin y, después de retirado, en Sicilia.

Los investigadores fueron alertados sobre las pinturas perdidas tras ser examinadas a petición del hijo del operario, que tuvo curiosidad sobre el origen del Gaugin cuando vio una obra similar en un viejo catálogo.

Tras el descubrimiento, las policías italiana y británica están en contacto para saber si alguien puede reclamar legítimamente la propiedad de las dos pinturas.