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Rafel Joan (Palma, 1957) era reticente al concepto retrospectiva. Al final la exposición que hoy inaugura en Es Baluard, Pinturas. 1983-2013 , es «un autorretrato en sí mismo», «trozos de mi vida» que al final componen un todo y que permiten al espectador adentrarse en las vivencias, los viajes, las rabias, la nostalgia, los equilibrios y los sentimientos también contradictorios de un artista que consigue «volver a los orígenes» gracias a «la contemplación de la naturaleza». Se presentará a las 20.00, comisariada por Enrique Juncosa, y se podrá visitar al 15 de junio.

La muestra arranca con varios lienzos de principios de los ochenta, con los que Rafel Joan no se encontraba prácticamente desde entonces. En ellos se encuentran algunas de las claves de su pintura más actual: el estudio de la luz, la contemplación, los montones de basura y su eterna lucha por volver a sus orígenes, un pasado reconfortante en contacto, piel con piel, con la naturaleza.

El artista presenta varios autorretratos de los inicios, también aquellos colores y texturas que captó, y más tarde plasmó, de su viaje a Marruecos. La muestra sintetiza, con una cincuentena de obras, la trayectoria vital del pintor, marcada por etapas más oscuras, sus vivencias en la Barcelona pre y post olímpica y su reencuentro definitivo con Mallorca. «Si has vivido algo que para ti era mejor que lo de ahora. No lo añores, vívelo», dice el artista. Es su reflexión tras aquella experiencia urbana.

Su pintura «lo es todo» y ahora, reunida, «veo que todo es uno, y que soy el mismo de los ochenta», cree. No obstante, desaparece la figura, explota el color, desafía a la perspectiva con sus apuntes aéreos y se pone el traje de buzo para captar la luz, los detalles y los movimientos del fondo del mar.

La muestra, una iniciativa del Institut d'Estudis Balears, itinerará a Casablanca y Marrakech, y se complementa con actividades. La presentación de esta tarde contará con un concierto de Pere Pla y Betta Esplenders.