Marcel Tomàs, en una escena de la obra 'Hotot'.

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La exposición que Pep Coll presenta hoy en la galería 'Maneu' de Palma, Papers , tiene más significados de los que a simple vista pudiera parecer o artísticamente se pudieran interpretar. Con este nuevo trabajo, Coll vuelve a nacer, así lo valora y así lo siente. Después de unos años volcado en otros asuntos personales, regresa con una obra «fresca», «colorista», abierta, simbólica, positiva y casi catártica. Coll dedica esta serie a su amigo José Ramón Caubet, poeta.

El artista toma el papel, una decena de ellos en diferentes formatos, buscando no conceder margen ni oportunidad de rectificación a «las primeras emociones. El papel ofrece esa ventaja». Así logra conectar con la poesía de Caubet, fallecido en 2012. «Yo le ví escribir sus últimos poemas. Su poesía era fresca, le salía de dentro. He intentado hacer lo mismo pero con otro lenguaje», cuenta Pep Coll frente a una de las piezas. La mayoría toman prestadas para su título algunos versos del poeta.

La pintura de Coll no condiciona la interpretación, recoge la experiencia vital de un «paisajista urbano» optimista y cautivado por Florencia, y «todo lo que suene a Italia», que encontró en el arte, además de una carrera, una llave que le abrió en los setenta la visión de un mundo quizá hasta entonces desconocido.

Papers , que podrá visitarse hasta el 1 de abril, reúne obra nueva, entre ellas varias piezas redondas, su guiño a los tondos renacentistas.