Ses Voltes haacogido un año más la representación de L'adoració dels Tres Reis d'Orient'. | Jaume Morey

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Si las ‘morcillas’ fueran parte de la comida de Reyes, el presidente del Govern, José Ramón Bauzá, durante la representación de L’Adoració dels Tres Reis d’Orient de ayer, hubiera acabado empachado de haberse decantado por acercarse hasta ses Voltes. Su partido, el PP, tampoco pasó desapercibido para los actores amateurs del reparto que dirige Bernat Pujol y viste Rafa Pizarro.

En esta 29 edición, la obra de Llorenç Moyà fue de color verde en apoyo a los docentes... y también rosa, partidaria del matrimonio igualitario y contraria a la homofobia. Fue una Adoració que invitó a unas ‘morcillas’ a Bauzá, a pesar de que ni él, ni prácticamente nadie de la política hiciera acto de presencia.

El conseller del PSIB-PSOE Xisco Dalmau, en la piel del Criat del rei Gaspar, sirvió las bebidas: «Por Navidad, mi rey, como mi Govern, bebe cubatas». El público, centenares de personas, aplaudió la primera de las constantes ‘lanzas’ que iba a recibir Bauzá y su Govern. La fotógrafa Sara Bohigas, como Criat del rei Baltasar, se encargó del aperitivo: «Sois peor que Bauzá, que a todos quiere hacer callar». El primer plato lo elaboró la consellera de Més Joana Campomar, al pronunciar que «hablo en catalán y ningún decreto ley me hará callar». Quien tampoco tuvo tapujos fue Benet Bohigas, interpretando al General, dirigiéndose hacia Herodes: «Si os comparamos con el emperador Joserra Calígula, del reino de Bauzadia, sois más inocente que una novicia de Santa Clara, y si os comparamos con su general Delgado, sois un santo canonizado». De la confección del postre se encargó Nacho Jiménez, periodista cultural de

Ultima Hora, encarnando al Dimoni 2, que remitió a la ley de Gallardón: «No me tocaba trabajar, pero tengo que hacer horas extras y así pagar a mi novia el viaje a Londres para abortar».

La traca definitiva llegó de las alas desplegadas del Àngel (José Vico), quien, bailando a ritmo de I will survive de Gloria Gaynor, exhibió la pancarta «Stop homofobia».

De haber asistido, probablemente, el presidente Bauzá no habría digerido bien tanta ‘morcilla’.