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La falta de patrocinio público y privado ha dado al trastre con una de las tradiciones culturales navideñas más populares de Palma, la exposición de artes suntuarias que, desde hace 17 años, acompañaba al belén histórico del convento de las Caputxines, que el Consell declaró Bien de Interés Cultural (BIC) en 2003 a instancias de la propia Administración insular.

Aunque hoy son muchos los belenes que se exponen por toda la Isla, sólo tres tienen la categoría de BIC y son unos de los mejores conjuntos de la belenística histórico-artística del Estado: el citado de las Caputxines, el de la Sang y el Napolitano de la Fundación Bartolomé March.

Este año, los mallorquines pueden seguir visitando el de las Caputxines de milagro, sólo porque las Franciscanas TOR, que ahora dirigen el convento, se han empeñado en compartir esta joya con los ciudadanos. Pero tendrá que ser en horario restringido porque la congregación sólo cuenta con una escueta ayuda de La Caixa y Cort para cubrir los gastos mínimos de apertura: luz, limpieza, vigilantes, gas para las estufas... Se podrá disfrutar del próximo día 20 al 4 de enero.

Feliciano Fuster, quien fuera presidente de Gesa-Endesa, había sido el gran valedor del proyecto de conservación y divulgación del patrimonio histórico del monasterio, pero, tras su muerte, la empresa, que ha pasado a pertenecer a una multinacional, ha dejado este patrocicio.

El Consell de Mallorca, en todas las legislaturas anteriores, siempre ha colaborado. No obstante, en estos momentos, la Vicepresidencia de Cultura debe una subvención de 18.000 euros que se gastaron en 2011 «en el inventario y limpieza de la gran cueva que acoge al belén histórico y de todas las piezas, así como en la instalación eléctrica». Fue un trabajo que realizaron el restaurador Pere Terrasa, la historiadora del arte Elvira González y un electricista que aún no han cobrado. «Ese dinero no es para el convento, es para pagar a unos profesionales y nos parece una frivolidad y una irresponsabilidad hacer una exposición cuando hay esa deuda». Así se expresan la historiadora Aina Pascual y el investigador Jaume Llabrés, comisarios del proyecto de «conservar, restaurar, estudiar y mostrar al público» el patrimonio del convento.

La presidenta del Consell, Maria Salom, y el vicepresidente Joan Rotger acudieron a la inauguración del belén y de la exposición en 2011. «Prometiron ayudas, pero éstas no han llegado, ni pagado la subvención».